Teatro Trono de Bolivia en Alemania
2 de noviembre de 2009Con talleres y puestas en escena en escuelas y teatros, el grupo boliviano Teatro Trono recorre Alemania mostrando que el lenguaje corporal, la música, la pantomima y otras manifestaciones del arte son más potentes que las palabras. Y que no hay que dejar el futuro de los jóvenes para mañana, ya que, como ellos mismos dicen, “El mañana es hoy”. Ese es el título de un libro que publicaron, y el lema de todo un proyecto sociocultural que nació hace 20 años en uno de los barrios más pobres de La Paz: El Alto. Además de generar arte, promueven un encuentro entre culturas.
Con teatro físico, música, pantomima y utilizando, entre otros, elementos de las culturas afroamericana e indígena, Teatro Trono juega con la potencia de la imagen y del sonido para crear vínculos interculturales y, como ellos dicen “transformar la sociedad”. En Alemania, los jóvenes pueden participar de las obras, creando un lenguaje propio. Auditorios de jóvenes y adultos los aplaudieron en Bonn, desde donde siguen camino a otras ciudades alemanas, treinta en total.
“Nuestro objetivo es crear lazos entre las dos ciudades, a nivel profesional y humano”, relata Elke Löbel, presidenta de la Asociación Bonn-La Paz, que auspicia las giras teatrales de Teatro Trono. El municipio de La Paz tiene proyectos educativos comunes e intercambios con la alcaldía de Bonn. Durante la estadía del grupo en Bonn, los jóvenes viven con familias alemanas, compartiendo el día a día. “Si queremos cambiar algo, tenemos que dirigirnos a los jóvenes”, subraya Elke Löbel.
El teatro como instrumento de cambio
Iván Nogales, pedagogo teatral y social, tuvo hace 20 años la idea de ofrecer una alternativa a los chicos de la calle de El Alto, y así nació Teatro Trono. Luego, a fines de los 90 se creó la fundación COMPA (Comunidad de Productores en Arte), una institución que alberga diversas ramas del arte y da la posibilidad a profesores y alumnos de convivir y compartir la creación y el hecho artístico bajo un techo comunitario.
“Se llama Trono porque el trono es un centro de rehabilitación o centro punitivo para niños y jóvenes delincuentes, niños de la calle. El verbo “tronar” significa “arruinarse la vida”, de ahí se deriva la expresión “troné”, “soy un tronero”. De ahí elegimos ese nombre, para darle un sentido positivo a algo que provenía de un mundo nefasto, para que los chicos fueran reyes de la imaginación y la fantasía”. Y así, cuenta Nogales, siguieron siendo troneros, pero con otro sentido. Con los años, el grupo ya no contaba con niños de la calle, sino con jóvenes provenientes de familias del barrio El Alto.
En cuanto a la temática de las obras, Iván Nogales dice: “en un país como Bolivia, el arte por el arte es una exquisitez burguesa que no nos podemos permitir. El Alto es la capital de la pobreza y capital de la rebeldía en nuestro país, y los chicos son fieles representantes de un país emergente, pujante, conflictivo y altamente politizado. Y así es el teatro que hacemos, altamente político”, señala Nogales.
Temas socio-políticos
Según Iván Nogales, los temas que aborda el grupo siempre son comunitarios, denunciando abusos de grupos privilegiados y provocando la toma de conciencia y el debate. Tratan de que las obras se realicen en escuelas, en calles o en poblaciones consideradas marginales o excluidas. “Tenemos una dinámica interna colectivista, intentando romper la manera tradicional de entender el teatro, con un director y una jerarquía vertical. Usamos la tradición latinoamericana de la creación colectiva. El público, los temas y la dinámica interna del grupo intentan ser la trilogía de una búsqueda estética que incluye lo político”, subraya Iván Nogales.
El mañana ya comenzó
“El mañana es hoy” es el título de un libro que escribimos, y proviene de la consabida frase que utilizan los políticos en América Latina: “Los niños son el futuro del país”. Estamos cansados de escucharla porque siempre nos postergan, tanto a los niños como a los adultos. Por eso, les decimos que “el mañana es hoy”.
En el trabajo con jóvenes en las escuelas Teatro Trono trata de crear imágenes, pequeñas secuencias en las que no se trata de mostrar obras acabadas, sino un proceso de encuentro, una dinámica de desbloqueo en la que el lenguaje no tiene que ser el único medio de comunicación. “Hay un lenguaje corporal que permite una profunda integración entre los jóvenes, y eso se da de manera muy potente, con una gran energía. Y el arte permite estos puentes de diálogo, lo cual es ya es un paso hacia la transformación”, explica Nogales.
En cuanto a las puestas basadas en los cuentos de Eduardo Galeano, se trata de fábulas que el escritor uruguayo rescató de la tradición indígena y negra. “Tratamos de plantear que existen otros dioses y otras formas de entender el mundo. A través de lo lúdico, y de la elección de leyendas y fábulas se plantea una forma no convencional de ver la vida”, señala el fundador de Teatro Trono.
El centro cultural COMPA
COMPA representa un conglomerado de disciplinas: teatro, circo, cerámica, video, fotografía, música, títeres, entre otras, resguardadas bajo un paraguas institucional más sólido. Luego de 20 años se ha logrado construir una casa de siete pisos en base a reciclado de material. Y otras le siguieron. La calle del COMPA en El Alto es considerada la primera peatonal cultural de Bolivia. “Estamos construyendo el primer pueblo de creadores en Bolivia. COMPA es la muestra de cómo el arte puede transformar la sociedad. Arte y transformación social están íntimamente ligados todo el tiempo”, subraya Iván Nogales.
“Creo que en los países del mundo llamado desarrollado el arte se valora más, pero se ha perdido su aspecto de instrumento de transformación social. Nuestra propuesta artística pone el acento en una mirada constructiva, en el acercamiento y el diálogo entre personas diferentes”, concluye Iván Nogales.
Autora: Cristina Papaleo
Editor: Enrique López