Theresa May: la esperanza de los tories
13 de julio de 2016La intempestiva nominación de Theresa May como jefa del partido conservador británico es sintomática de lo que viene ocurriendo en las últimas semanas en el Reino Unido. El partido de Gobierno quería tomarse originalmente nueve semanas para elegir a quien ocuparía su presidencia y, con ella, el sitial de primer ministro. Pero, con la súbita retirada de Andrea Leasom, la carrera interna de los tories tuvo un abrupto final. A Theresa My le quedaron apenas 48 horas para preparar su gobierno.
“La presión para que asignara importantes carteras a partidarios del ‘brexit' ha sido grande, precisamente porque ella estaba a favor de la permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea”, opina Alex Forsyth, corresponsal de política de la BBC. Agrega que, con el anuncio de radicales reformas sociales y económicas, alimentó especulaciones sobre el futuro de antiguos miembros del gabinete.
“En vista del escaso tiempo para tomar difíciles decisiones políticas, la nueva primera ministra tiene que sopesar entre cambio y continuidad. Y debe intentar volver a unir a los conservadores después de la corrosiva campaña para el referéndum respecto a la permanencia en la UE”, señala Forsyth.
Medidas controvertidas
Theresa May asumió en 2010 la jefatura del Ministerio del Interior, manteniéndose allí por más tiempo que casi cualquier otro político. En ese cargo ganó fama con su dura política contra la inmigración. En 2015 provocó irritación cuando declaró que “la inmigración impide forjar cohesión en la sociedad”. Su política disuasiva incluyó la prohibición de que ciudadanos británicos con ingresos anuales inferiores a 18.600 libras anuales trajeran al país a sus cónyuges extranjeros y a sus hijos. Las familias afectadas presentaron una demanda contra la norma ante el Tribunal Constitucional.
“La política de Theresa May empeoró activa y directamente la vida de los inmigrantes en este país”, señala Lucy Walker, quien brinda asistencia a refugiados en Londres. “En vista de la creciente xenofobia, me preocupa mucho su futura política como primera ministra”, acota.
Si bien los comentaristas liberales coinciden en que medidas como esa tienen rasgos autoritarios, la política de May está en consonancia con la corriente mayoritaria en el partido conservador. “Muchas de las posturas que adoptó May como ministra del Interior le granjearon credibilidad en el ala derecha del partido”, indica Matts Cole, profesor de historia de la universidad de Birmingham. Y agrega: “Eso incluye su postura con respecto a la deportación y la inmigración, su afán de abandonar la Convención Europea de Derechos Humanos y su voluntad de fortalecer la unidad de la federación”.
Política pragmática
Pero Theresa May es considerada también una pragmática que en el curso de su carrera política ha asumido diferentes posiciones. En 2002 advirtió a los conservadores que el partido tenía mala imagen, y demandó reformas. Respaldó las uniones homosexuales y hace poco advirtió contra el llamado “racial profiling”, en que las personas son clasificadas según su origen étnico.
“May era en realidad una modernizadora”, señala la escritora conservadora Kate Maltby. “Para todos aquellos que intentábamos abrir espacios sociales y liberales en el partido, ella era un fanal, aunque ha cambiado de actitud”, apunta.
Serenidad en medio de la tormenta
En el pasado referéndum, May votó por la permanencia de Gran Bretaña en la UE. Pero ahora afirma que la decisión está tomada y no habrá una segunda consulta. Ha prometido que el “brexit” será un éxito y ha anunciado reformas radicales para fomentar la movilidad social y respaldar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Su talante sereno y su experiencia política alimentan en muchos la esperanza de que conduzca al país con mano segura por los tiempos difíciles que se avecinan. “No voto por los conservadores, pero me tranquiliza que en este tiempo caótico asuma el timón una persona con tanta experiencia política”, comenta Matt Pembroke, un abogado de Manchester. Y subraya: “No quiero más intranquilidad derivada de cualquier tipo de votación. Solo quiero que alguien salve algo del desastre en que nos encontramos”.