Thomas Quasthoff dice adiós
30 de enero de 2012
Su voz voluminosa, cálida y coloreada ha hecho las delicias del público, al que ha proporcionado interpretaciones intensas y llenas de energía. Thomas Quasthoff, de 52 años, acaba de anunciar su retirada de los escenarios. Su comunicado de prensa lo deja bien claro: “He decidido, tras casi 40 años de dedicación, abandonar la vida concertística, pues mi salud no me permite abordar el canto con la altura que este arte y yo mismo nos exigimos”.
Tras el anuncio, comenzaron las especulaciones: ¿se refiere a la laringitis que sufrió el pasado año?, ¿es su discapacidad física la que lo conduce a la retirada? Quasthoff es víctima de la talidomida, aquel medicamento que se prescribía a las mujeres embarazadas para dormir a finales de los 50 y principios de los 60. Si su adiós se debiera a esta razón, es más que comprensible. ¿Cómo pudo alguien con una discapacidad tal exigirse años enteros entre escenarios, estudios, hoteles y aeropuertos?
Agradecimientos a admiradores y colegas
Las conjeturas del crítico Wolfram Goertz apuntan hacia otra dirección. Goertz se pregunta en el periódico alemán Rheinische Post, si Thomas Quasthoff no sufre en realidad por el desmesurado culto a las estrellas que últimamente padece la industria de la música clásica. El propio cantante, al ser preguntado en una entrevista sobre la superficialidad de las empresas del sector, declaraba: “A veces tengo la sensación de que, aparte de David Garrett, no hay ningún músico más”.
Pero esta muestra de su disgusto no tiene por qué suponer el motivo de su retirada, si atendemos a estas otras palabras: “Tengo mucho que agradecer a la profesión y me marcho sin amargura. Doy gracias a todos los colegas con quienes he compartido escenario, a todos los gestores musicales y a mi público por su fidelidad”.
Un luchador
Thomas Quasthoff siempre ha sido muy claro en lo concerniente a su discapacidad física: “Muchos piensan que un discapacitado se encuentra sumido en el sufrimiento, la tristeza y la desesperación. Pues bien, ese no es mi caso”, dijo una vez. “Yo soy muy optimista, he aprendido a reírme de mí mismo.”
Valor no le ha faltado. Cuando, siendo joven, no le permitieron estudiar música por su discapacidad, se despertó su espíritu de lucha. No es que su voz fuera normal, es que pronto se reveló como única. En los años 80 se convirtió en uno de los cantantes de lied más celebrados y admirados. Su grabación del Viaje de Invierno de Schubert se considera legendaria. Entre los reconocimientos que ha recibido, se encuentran varios premios "Echo-Klassik" y tres Grammys. Graham Sheffield, presidente de la Real Sociedad Filarmónica de Londres, afirmó sobre el cantante durante la entrega de la Medalla de Oro de la institución que “Thomas Quashtoff es una de las voces más inteligentes y cautivadoras de la música clásica”.
Amor por el jazz
Además de sus actuaciones en óperas y recitales de lied, Thomas Quasthoff sorprendió a su público en los últimos años por sus incursiones en el jazz. "Todo comenzó en el instituto”, contó el barítono al respecto. “En mi clase había gente a la que le gustaba el jazz y, cuando surgía la ocasión, lo tocaba.” Otros colegas de Quasthoff que se han atrevido a dar el salto al jazz, no han podido prescindir de su formación clásica. En cambio, la voz de Quasthoff suena plenamente jazzística, nada forzada.
El secreto está en vivir su amor por este género en cada una de las notas que canta: “Sencillamente dejo el vibrato a un lado y fraseo a la manera del jazz”; aclaró. “Además no canto con voz plena, sino que aprendí pronto a servirme del micrófono como ayuda para amplificar el sonido. Esta técnica me ayuda a conseguir una sonoridad que, como músico clásico sin micrófono, no podría lograr. Si cantara muy suave, nadie sería capaz de oírme en los grandes auditorios.” Y cuando interpreta la canción de Randy Newman “Short People” (“Gente pequeña”), parece como si uno la escuchara de nuevo: “Como mido solo 1,35, sé de lo que hablo cuando canto “Short People”. Tiene mucho de autoironía. Asumo mi discapacidad y me río de ella.”
No es una despedida del lied
Su amor por el lied le hará continuar impartiendo clases en el Conservatorio "Hans Eisler" de Berlín y seguir dando clases magistrales por todo el mundo. Quashtoff opina que es el género más hermoso de la música clásica y sería una lástima que desapareciera. Quasthoff se dedicará en el futuro al concurso internacional de canto “Das Lied”, que creó en 2009 y que se celebra en Berlín cada dos años. Su objetivo es ofrecer a los jóvenes cantantes una plataforma para su futuro profesional. “En inglés existe un verbo maravilloso: “encourage”, es decir, animar a alguien espiritual y artísticamente”, dijo el barítono. “Si conseguimos eso, hemos ganado mucho”.
Así pues, los fans de Thomas Quasthoff seguirán disfrutando, aunque sea de forma indirecta, de su talento.
Autora: Marita Berg/MS
Editor: Pablo Kummetz