Tokio Hotel: de gira por Europa
13 de abril de 2007Tokio Hotel parece un grupo destinado a romper tabúes. La primera premisa que dejaron hecha pedazos fue la que aseguraba que el músico necesita madurez para poder tener éxito: con la pubertad apenas superada y el permiso de sus padres, estos chicos de Magdeburgo llevan dos años arrasando en las listas de éxitos.
El segundo principio de la industria discográfica que gracias a Tokio Hotel ha pasado a la historia, es el que delimita las fronteras para la música en alemán: durante años, los grupos germanos prefirieron el inglés para sus textos, y los que optaban por el alemán lo hacían aceptando que, fuera del mundo germano parlante, sus canciones nunca serían bien acogidas.
Tokio Hotel, es decir, los gemelos Tom y Bill, Gustav y Georg, tienen 17, 18 y 20 años. Causan furor en Alemania. Y han sido número uno en Austria, Polonia y la República Checa, donde da comienzo hoy su gira europea.
Habitación 483
Praga es la ciudad elegida para que suenen los primeros acordes de Zimmer 483 (Habitación 483), el nombre del último álbum de Tokio Hotel que titula también la primera gira trasnacional de los alemanes. En Varsovia, París, Nancy, Bratislava, Budapest, Zúrich, Ostrava y Viena, además de en diversas ciudades alemanas, Tokio Hotel se subirá al escenario.
Cuando están por separado, con la cara lavada y el pelo un poco menos cardado, dicen los miembros de Tokio Hotel que su vida transcurre relativamente "normal". Juntos y embutidos en su look tan particular, desatan la locura y un coro de jovencitas gritando a pleno pulmón los acompaña allá a donde van.
Lo curioso es que las jovencitas y su timbre vocal no se despegan de ellos no sólo en Alemania, sino también en otros países europeos. Los clubes de fans de Tokio Hotel se han extendido como la pólvora. Sus canciones suenan, en alemán, en las radios europeas, mientras chicos y chicas, cuyas ropas y maquillaje desvelan ya quiénes son sus ídolos, echan mano del diccionario y se aprenden los textos de memoria.
Hasta las canas
Tokio Hotel es, además, la representación del cambio generacional en forma de grupo musical. Los cuatro de Magdeburgo son, guste o no su música, la imagen de una juventud nueva en una nueva Europa, muy distinta de la que vivió la posguerra y de los hijos de ésta: libres de los odios pasados, la música encuentra vía libre para unirlos.
Hace 50 años, pese a que en muchas regiones de la República Checa o de Polonia el alemán no era una lengua ajena, hubiera sido poco probable encontrar a gentes dispuestas a cantar en germano. Todavía a día de hoy, gran parte de la generación que vivió la II Guerra Mundial y los primeros años de la posguerra, pese a que muchos de ellos dominan el alemán, se niega a hablarlo. Sus hijos, los padres de los fans de Tokio Hotel, crecieron en aquellas convenciones y, casi siempre, luchando contra ellas. Hoy, si en Francia, la eterna enemiga de Alemania a lo largo del siglo XX, los jóvenes entonan al unísono Spricht nicht, el último éxito de Tokio Hotel, no hay prueba más fehaciente de que ciertas heridas por fin sanaron.
Mientras tanto, los chicos de Tokio Hotel se confiesan sorprendidos por su propio éxito. No descartan, algún día, cantar en inglés. Pero de momento les va bien con el alemán. Y si es por ellos, aún les queda mucha cuerda: "queremos tocar juntos todo el tiempo que podamos. También cuando seamos viejos y tengamos canas. ¡Ese es nuestro sueño!", dice Bill.