Tras la huella de los vikingos en Europa
Los vikingos fueron conquistadores y descubridores, comerciantes y artesanos. Eran conocidos y temidos. Provenían de Noruega, Suecia y Dinamarca y han dejado huella en muchos lugares de Europa.
Jelling, Dinamarca
Dinamarca es uno de los tres países de procedencia de los vikingos. Allí su herencia es rica. Las piedras de Jelling contienen inscripciones rúnicas (el alfabeto vikingo) y pertenecen al Patrimonio Mundial de la UNESCO. En el texto se menciona por primera vez Dinamarca, así que estas piedras están consideradas como el certificado de nacimiento del país.
Trelleborg, Suecia
Hace 30 años, arqueólogos descubrieron en la ciudad de Trelleborg una potente fortificación vikinga con 125 metros de diámetro y atravesada por cuatro vías. La fortificación circular fue construida en el año 980 por orden del vikingo Sven Gabelbart, hijo de rey Harald Diente Azul.
Estocolmo, Suecia
En 2017 se inauguró el museo vikingo Vikingaliv en Estocolmo. Su exposición acaba, entre otros, con el mito de que los cascos vikingos llevaban sendos cuernos a los lados. En realidad tenían forma de cono, con una máscara delantera, y estaban hechos de cuero duro con refuerzos de metal o de hierro.
Oslo, Noruega
Los vikingos eran expertos navegantes. Sus largas embarcaciones eran planas, estrechas, rápidas y ligeras. De esta manera podían anclarlas directamente sobre la playa, lo cual era práctico en caso de ataque. En el Museo de Naves Vikingas de Oslo se pueden admirar ejemplares muy bien conservados.
Londres, Reino Unido
Con el sangriento asalto al monasterio Lindisfarne en el año 793, comenzó la era vikinga en Inglaterra. Concluyó en 1066 con la batalla de Stamford Bridge y pocas semanas después con la batalla de Hastings. El Museo Británico de Londres tiene uno de los más preciados tesoros vikingos encontrados en suelo inglés. La fuente de la imagen, bellamente trabajada, pertenece a la colección.
Reikiavik, Islandia
Los vikingos navegaron hasta Islandia y la colonizaron entre los años 870 y 930. El vikingo noruego Ingólfur Arnarson construyó su fortaleza en el suroeste de la isla y nombró sus alrededores con el nombre de la actual capital islandesa: Reikiavik, donde hoy se erige una estauta de bronce de Ingólfur.
Dublín, Irlanda
Irlanda formó parte de la gran red comercial de los vikingos. Ellos fundaron las primeras ciudades de la isla, entre otras, Limerick, Cork, Waterford y la capital, Dublín. La batalla de Clontarf puso fin en el año 1014 a la era vikinga en Irlanda. El autobús turístico de la imagen muestra la huella vikinga en Dublín.
Rügen, Alemania
Un chico de 13 años descubrió en abril de 2018 en medio del campo un tesoro de plata de la era vikinga y del rey danés Harald Diente Azul, quien convirtió a los vikingos al cristianismo. Hasta entonces, los vikingos rezaban a dioses nórdicos como Thor y Odin.
Danevirke, Alemania
El más grande monumento de la era vikinga se encuentra en Alemania: el Danevirke. Se trata de una muralla defensiva, que constituía la frontera entre la Europa continental y los países escandinavos. El Danevirke también servía para proteger la colonia vikinga conocida como Hedeby.
Hedeby, Alemania
Hasta dos mil personas llegaron a vivir en Hedeby, un relevante centro comercial vikingo. Hedeby se encuentra hoy en el estado federado de Schleswig-Holstein. Los visitantes aprenden sobre el modo de vida vikingo en réplicas de sus casas originales.