Tras los pasos de Beethoven en su natal Bonn
Ludwig van Beethoven vivió 22 años en la ciudad alemana de Bonn y en sus alrededores. A propósito del 250 aniversario de su natalicio, un tour recorre los lugares donde el músico buscó inspiración.
Una estatua simbólica
Ludwig van Beethoven nació en diciembre de 1770 en Bonn y estuvo los primeros 22 años de su vida en esta ciudad. El monumento de Beethoven en la Münsterplatz fue inaugurado en 1845 y financiado en parte por Franz Liszt. Su presencia recuerda hasta hoy su importancia para Bonn y es, de hecho, una parada que no puede faltar en el tour.
Fuente bautismal de Beethoven
Cuando tenía solo 10 años, Beethoven tocaba el órgano en la iglesia Remigius. Y a los 12, el prodigio ya escribía sus primeras piezas. Si bien su fecha exacta de nacimiento sigue siendo un misterio, al menos se sabe que fue bautizado el 17 de diciembre. Quien quiera recorrer completamente la ruta de Beethoven debe pasar por esta iglesia en el centro de la ciudad para ver la fuente bautismal.
El palacio de Redoute
Esta es una magnífica sala ornamentada con detalles y candelabros. Aquí, en Redoute, al sur de Bonn, un veinteañero Beethoven tocó para Joseph Haydn, con quien estudiaría años más tarde en Viena. Se cree que una de las primeras interpretaciones de "La flauta mágica" de Mozart tuvo lugar en Redoute, cuyo pequeño palacio ha contado también con la visita de Lady Di y el sah de Persia.
La fuente de Roisdorf
Los romanos ya se refrescaban en la fuente de Roisdorf, cuya agua incluso fue exportada a Rusia por sus propiedades medicinales. Beethoven conoció estas aguas gracias a las visitas que realizaba su familia al lugar. A medida que su salud se fue deteriorando en Viena, el músico buscó siempre este tipo de centros de salud para disfrutar de sus supuestos efectos beneficiosos.
Petersberg
Siebengebirge y Petersberg fueron destinos frecuentes del joven Ludwig van Beethoven. Testigos de esa época afirmaban que se le veía "a menudo en un bote" por las aguas del lugar "para trabajar y soñar". En 1763, se erigió una capilla barroca en el Petersberg. Tanto peregrinos como el compositor, amante de la naturaleza, quedaban maravillados con la fascinante vista del valle del Rin.
La ribera del Rin
Para Beethoven, el Rin era, ante todo, su hogar. En Viena escribió: "La hermosa zona donde vi la luz por primera vez sigue apareciendo ante mis ojos tan hermosa y clara (...) En resumen, siempre consideraré esa época como una de las más felices de mi vida (...) poder saludar al Padre Rin". La ribera de este imponente río también es parte del recorrido.
Drachenfels
La última estación del tour de Beethoven nos lleva hasta Drachenfels. El compositor recordaba con nostalgia la impactante vista que se tiene desde las alturas de esa zona de Bonn. En su naturaleza, además, halló descanso e inspiración, y rara vez visitaba el lugar sin su cuadernillo para hacer bocetos y escribir ideas. En varias de sus obras queda en evidencia su amor por la naturaleza.