De Hamburgo a Colonia en tren
18 de octubre de 2012La actual situación de Deutsche Bahn (DB), la mayor compañía de trenes de Alemania, no es fácil. El monopolio de las rutas interurbanas que las empresas ferroviarias han disfrutado durante 75 años quedará abolido en 2013 con la entrada en vigor de un extenso sistema de autobuses aprobado en septiembre. Por si fuera poco, esta sociedad anónima –cuyas acciones están en manos del Estado– ha venido sintiendo la presión de competidores provenientes del sector privado. Hamburg-Köln-Express (HKX) es el más prominente de ellos.
“A Deutsche Bahn le ha salido competencia”
En agosto, un mes después de que sus trenes comenzaron a disputarle la ruta Hamburgo-Colonia a los de DB, la firma HKX se ufanaba de estar ampliando el mercado de las empresas ferroviarias, alegando que la mayoría de sus clientes eran personas que no acostumbraban viajar en tren. “Así de atractivas son nuestras ofertas”, sugería la presidenta de la compañía, Eva Kreienkamp. Ese era el caso del autor de estas líneas: cuando subí al vagón de HKX en Hamburgo para escribir esta reseña había pasado un año desde mi última travesía.
En cambio, los pasajeros que conocí camino a Colonia eran viajeros asiduos. Y ellos estaban bastante satisfechos con los beneficios que HKX les ofrecía. “Para ser franco, por el precio de sus pasajes, yo no tenía expectativas muy altas. Yo recorro con frecuencia el trayecto Colonia-Hamburgo, ida y vuelta. Cuando viajo con DB los boletos me cuestan entre 120 y 130 euros, y cuando lo hago con el coche termino gastando unos 60 euros. Por los billetes de HKX sólo tuve que pagar 20 euros”, me contaba Olaf Plaass.
El comerciante hamburgués radicado en las afueras de Colonia comentaba que, aunque sus próximos viajes con HKX le saldrán más caros –la empresa ajustó sus tarifas pocas semanas después de empezar sus actividades–, sus boletos seguían siendo mucho más baratos que los de DB. “Pronto se inaugurará una nueva línea de trenes privada. A DB le ha salido competencia; eso contribuirá a que los pasajeros podamos viajar más económicamente y a que aumente la calidad del servicio”, pronosticaba Plaass.
Ventajas y desventajas de la línea HKX
Anne Katrin Schwarz, la economista que viajaba a mi lado, sopesó sin contemplaciones las ventajas y desventajas de HKX. “Para un trayecto largo, sus trenes nuevos no son muy cómodos”, criticaba. Para muchos, parte del encanto de la emergente compañía ferroviaria está asociado a la nostalgia que despierta su flota de vagones antiguos –“que pertenecieron a Deutsche Bahn en los setenta”, señalaba Plaass– y a sus añejas poltronas, tan amplias como mullidas. Lamentablemente, nuestras butacas no pertenecían a esa camada…
“Si viajas con HKX, la reservación de los asientos es gratuita; pero, si abordas el tren sin reservar y no hay puestos disponibles, terminas pagando un precio seis veces mayor que los 9,50 euros que habría exigido DB bajo las mismas circunstancias”, añadía Schwarz. Por mi parte, aunque celebré la puntualidad de HKX, también le reproché el no haberme informado que mi tren no partiría del andén estipulado originalmente. “¡Atención! Es el personal de DB quien debe avisar si hay cambios en el itinerario”, me aclaró mi compañera de viaje.
“Es DB quien tiene el control sobre las estaciones de trenes y sus altavoces; pero ellos no quieren que sus empleados trabajen a favor de otra empresa; en este caso, HKX”, me aseguró Schwarz. La competencia es ruda y Deutsche Bahn se defiende como puede. De hecho, DB no se ha dormido sobre sus laureles: reaccionando al éxito de su rival, la empresa estatal anunció que los trenes InterCity que cubren la codiciada ruta Stuttgart-Colonia-Hamburgo serán modernizados –sus asientos tendrán tomas de corriente para los ordenadores portátiles, por ejemplo– a partir de diciembre.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas