Jóvenes asesinados en Guadalajara: ¿otro crimen al olvido?
26 de abril de 2018Salomón Aceves tenía 25 años y tocaba batería. Marco García, de 20, era el centro de diversión en las fiestas. Daniel Díaz, también de 20, amaba el fútbol y por una lesión estaba con muletas cuando ocurrió la tragedia. Este grupo de tres estudiantes de cine de la Universidad de Medios Audiovisuales de Guadalajara estaba grabando en la casa de la tía de uno de ellos para cumplir con un trabajo universitario, sin saber que la mujer estaba ligada a un grupo delictivo. Era el 19 de marzo y ya volvían a sus hogares cuando miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) entraron en escena.
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De acuerdo con la investigación oficial, los muchachos estuvieron en el lugar equivocado en el momento menos oportuno. Los creyeron miembros del grupo Nueva Plaza, enemigo acérrimo del CJNG, y los secuestraron, torturaron, asesinaron y diluyeron en ácido para intentar borrar todo rastro del crimen. La desaparición de los universitarios movió a sus compañeros, familiares y también a toda una sociedad ya harta de la violencia. En sucesivas manifestaciones no solo han pedido paz, sino también justicia.
Si bien la Fiscalía de Jalisco ha detenido a dos personas por los asesinatos y cree haber dado con la verdad del caso tras un mes de indagaciones, hay una sospecha en el aire. ¿De verdad pasó lo que dicen que pasó? "Me parece difícil de creer que tres jóvenes que están con cámaras aparentemente haciendo una grabación puedan ser confundidos con narcos. Yo creo que todavía no se llega a la verdad”, dice a DW Dawid Bartelt, representante en México de la Fundación Heinrich Böll. Y no es el único que tiene sus dudas al respecto.
Un mar de violencia
El gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, dijo que era "normal” que los resultados de la investigación levanten sospechas, respondiendo así a una sensación generalizada, pero resaltó que la investigación es sólida. "Fueron más de 400 entrevistas, se hicieron muchas diligencias y las pruebas de ADN comprueban que ahí estuvieron”, sostuvo. Asimismo, dijo comprender la indignación de los familiares y de la sociedad civil, que además de organizar manifestaciones y marchas ha concitado el respaldo generalizado de nombres importantes del cine mexicano.
Mostrando solidaridad con Aceves, García y Díaz, el director Guillermo del Toro, nacido en Guadalajara, escribió en Twitter que "las palabras no alcanzan para entender la dimensión de esta locura. Tres estudiantes son asesinados y disueltos en ácido. El 'porqué' es impensable, el 'cómo' es aterrador”. En la misma línea, el actor Gael García Bernal tuiteó: "Qué tristeza. Que se acabe esta pesadilla”. Su colega y amigo Diego Luna apuntó que votaría a ojos cerrados "por quien me explique claramente, no con palabras huecas y discursos rancios como los del debate, ¿cómo chingados van a hacer para que NUNCA MÁS suceda en México un caso como el de estos tres jóvenes?”.
Lo de Luna tiene sentido, porque este crimen conmueve a México al mismo tiempo que se entra en la fase final de la campaña presidencial para las elecciones del 1 de julio. Bartelt se muestra escéptico sobre los efectos que vaya a tener el caso de los estudiantes en la agenda política. "Mañana habrán matado a otras cuatro o cinco personas y lamentablemente los estudiantes se perderán en un mar de violencia y asesinatos. La dimensión del problema es tan grande que cada nueva muerte se desvanece en medio de otras. No sé si es verdad, pero se ha dicho que en Jalisco se han diluido decenas de jóvenes en ácido”, afirma.
Falta presión internacional
Para el especialista alemán, en el mejor de los casos lo ocurrido con los tres jóvenes en Guadalajara se sumará a la indignación que persiste por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014. "Hay instituciones y los familiares que mantienen vivos los casos, como el de los 43, que es el paradigmático. Yo espero equivocarme y que la muerte de los estudiantes de cine se investigue y se encuentre a los culpables, pero la experiencia acá en México muestra que esto podría no suceder, por decirlo de un modo suave”, explica Bartelt.
Las manifestaciones convocadas por jóvenes en Guadalajara, Ciudad de México y otros lugares del país seguramente ayudarán a llamar la atención sobre un drama que se resume en uno de los gritos que más fuerte se oyó en el Paseo de la Reforma de la capital mexicana: "No son tres, somos todos”. "Si hay algo que me impresiona es que nadie tiene una propuesta que se acerque al nivel de complejidad del problema”, lamenta Bartelt. La sociedad civil exige al Estado que haga algo, pero el Estado muchas veces se muestra impotente porque ocurre algo dramático: "México es un país considerado democrático, con instituciones que funcionan, es miembro de la OCDE, y al mismo tiempo, tiene partes considerables de territorio donde el Estado no tiene ningún control”.
¿Hay una posible solución para todo esto? El representante de la Fundación Heinrich Böll cree que la comunidad internacional debe actuar con más firmeza. "Alemania tiene más de 2.000 empresas que invierten en México. Parte de su responsabilidad es hacer todo lo posible en términos diplomáticos para ejercer más presión al gobierno actual y al próximo para que haga algo. Enrique Peña Nieto estuvo en Alemania y se lo trató como representante de un Estado normal. Falta mayor presión, sin duda”, apunta Bartelt, que antes vivió varios años en Río de Janeiro y dice que los niveles de violencia que ve en México nunca los vio en su vida. "Acá muere un alcalde al día”, ejemplifica con pesar.
Autor: Diego Zúñiga (VT)
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