Tributo al inconformismo
25 de octubre de 2003Como una guía para el futuro definió el Príncipe Felipe de Borbón a los galardonados de este año con el premio que lleva su título. Efectivamente, la entrega del máximo galardón del mundo hispano congregó esta vez a un grupo de figuras de primera línea, que comparten el rechazo al conformismo y la convicción de que este mundo podría ser un lugar mejor. En el plano de las ideas, el intelectual alemán Jürgen Habermas es una de las figuras más influyentes, no sólo en su país sino también en Europa. En el plano político, el presidente brasileño, "Lula" da Silva, se ha erigido por su parte en una de los personajes más interesantes y carismáticos del panorama internacional, con un mensaje de lucha contra la pobreza y la injusticia que entusiasma también en el viejo continente.
Palabras para España
El Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales fue otorgado al sociólogo y filósofo germano por sus "investigaciones científicas y reflexiones críticas, al igual que por su búsqueda de soluciones prácticas para seguir desarrollando la democracia", según la fundamentación del jurado. Habermas, considerado líder de la segunda generación de la Escuela de Francfort, que siguió desarrollando las ideas de Theodor Adorno, no es un intelectual encerrado en su torre de marfil.
Su pensamiento europeísta se plasma también en opiniones concretas sobre la situación actual, que puso de manifiesto en su discurso de agradecimiento. Por ejemplo, advirtió con claridad que el proyecto de Constitución de la Unión Europea no debe ser desbaratado en el último minuto debido a los egoísmos nacionales, y dedicó también palabras especiales a Madrid. Aludiendo a la intervención en Irak, en la que el gobierno español apoyó a Washington, indicó que una guerra que vulnera el derecho internacional no debe separar a la nueva España democrática de la "vieja Europa".
La ética en primer plano
"La única guerra de la que podemos salir vencedores es la lucha contra la pobreza", subrayó por su parte el presidente de Brasil, al recibir el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Con el galardón no sólo se le rindió homenaje por su defensa de los trabajadores y los pobres, sino también por incentivar las relaciones entre los países latinoamericanos y entre éstos y Europa. El mensaje de "Lula" fue contundente: la pobreza no es un problema económico, sino ético. En consecuencia, reiteró su exhortación a combatirla, recordando que el hambre sólo se podrá superar con el esfuerzo de aquellos que tienen qué comer.
La visión ética también prevaleció en las palabras de agradecimiento de la escritora británica Joanne K. Rowling, distinguida con el Premio a la Concordia, porque sus libros de Harry Potter han unido a los niños del mundo en torno a la lectura y les ayudan a reconocer valores fundamentales. Según la autora, sus obras representan las "ambigüedades de una sociedad donde la intolerancia, la crueldad, la hipocresía y la corrupción abundan". Entre los premiados figuraron también la escritora estadounidense Susan Sontag, recientemente galardonada con el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, el periodista polaco Ryszard Kapuscinski y el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez.