Triunfo liberal encamina a Polonia hacia el fin de la era Kaczynski
21 de octubre de 2007
Hasta muy avanzada la noche, lo único que se sabía sobre el resultado de las elecciones anticipadas en Polonia era que los comicios habían contado con la participación más copiosa de la historia reciente.
Los electores se volcaron a las urnas en cantidad mucho mayor que la de hace dos años, cuando los hermanos Lech y Jaroslav Kaczynski se colocaron al frente del gobierno como presidente y primer ministro respectivamente.
La Comisión Electoral de Polonia postergó en tres ocasiones y por más de tres horas el cierre definitivo de las casillas, con lo cual los resultados previos también transcurrieron en medio del suspenso.
Con el tiempo quedó claro que la participación electoral –más de 55 por ciento, según televisoras polacas- constituyó una nueva marca histórica y provocó retrasos en algunos distritos, por falta de suficientes boletas.
En los análisis preliminares, esto aparecíó como una mala señal para los gemelos Kaczynski. Se consideraba que los hermanos habían logrado la victoria en 2005 precisamente gracias al alto abstencionismo electoral.
Derrota para los gemelos
La profecía se cumplió. Hacia las once de la noche, hora centroeuropea, las encuestas de salida apuntaban hacia un triunfo de la llamada Plataforma Ciudadana, liderada por Donald Tusk. Junto con sus aliados, ese partido obtendría la mayoría necesaria para conformar un nuevo gobierno si las cifras se vuelven oficiales.
Los resultados preliminares manifiestan una tendencia clara: 43,7 por ciento de los votos habrían sido para la Plataforma Ciudadana, mientras que el Partido Derecho y Justicia, de los hermanos Kaczynski, se habría quedado con tan sólo 31 por ciento.
Así, el partido ganador podría hacer coalición con su aliado político, el Partido de los Campesinos Polacos, y obtener más del 50 por ciento de necesario para formar un nuevo gobierno.
El factor europeo
Los despachos informativos no escatiman en mencionar un dato clave: el solo triunfo de Dusk implica una posibilidad de cambio pronunciado en la política de Polonia. Pero del mismo modo se destaca que el Partido de los Campesinos Polacos, probable aliado del líder liberal, manifiesta una marcada tendencia pro-europea.
Esto hará saltar de gusto a más de uno dentro de las instituciones europeas. Para muchos, la política nacionalista de los hermanos Kaczynski se había transformado en una auténtica pesadilla, lo cual quedó claro durante la Cumbre de Bruselas que cerró la presidencia alemana del bloque comunitario.
En aquella ocasión, el dúo al frente del gobierno polaco esperó hasta el último minuto para abrir el paso a lo que ahora se conoce como Tratado de Reforma de la Unión Europea. La salida de los hermanos Kaczynski y un posible cambio en la política exterior polaca podrían ser una muy buena noticia para los partidarios de una integración mayor en el continente.
La paradoja Kaczynski
La era Kaczynski constó de dos años, en los cuales los gemelos gobernaron aplicando políticas orientadas hacia su electorado interno. Por ello, resulta paradójico que perdieran, según todo indica, en la discusión de esos mismos problemas.
Concuerda la opinión pública en que el jefe de Gobierno perdió los dos debates televisados en los que tuvo frente a sí a Dusk. Éste cuestionó fuertemente al mandatario con datos contundentes: dos millones de trabajadores polacos emigraron al exterior en busca de mejores condiciones.
Asimismo, el líder liberal reprochó a Kaczynski el haber promovido una política exterior que aisló a Polonia y la convirtió en antagonista dentro de la Unión Europea.
Primeras reacciones
Los primeros en reaccionar fueron los propios involucrados. "No lo conseguimos", dijo un apesadumbrado Jaroslaw Kaczynski a los miembros de su partido, en la propia sede de éste. "Pero no importa cuál sea el resultado, no me verán llorar", agregó.
Momentos después, a las once de la noche con diez minutos, se expresó en términos más claros: "Deseo que Donald Tusk tenga mucho éxito, y lo felicito", dijo, y con estas palabras reconoció como un hecho su derrota.
Tusk, por su parte, no quiso entrar en especulaciones. "No adelantemos vísperas", dijo. "Esperemos a que todo sea oficial". No obstante esta precaución, parece claro que el electorado polaco decidió comprar la quimera del cambio que le vendió el candidato liberal y que, en formas distintas, aparece como a llave mágica para ganar elecciones.
A partir del lunes se verá cómo la promesa comenzará a tomar forma.
En Suiza, triunfo conservador
En Suiza, el electorado se decidió claramente por la opción conseradora. De acuerdo con cifras preliminares, en tierras helvéticas el conservador Partido Popular Suizo se perfila como ganador de las elecciones realizadas este domingo, con una ganancia de 2,1 por ciento para alcanzar 28,8 por ciento de los mandatos en el Consejo Nacional. Ello le permitiría conseguir seis asientos más en dicho organismo y aumentar su mayoría. Los Verdes, por su parte, habrían llegado a 9,5 por ciento, con lo cual obtendrían cuatro escaños más.
Los análisis coinciden en calificar a la socialdemocracia como la gran perdedores de los comicios suizos, con una merma de nueve asientos en el Consejo Nacional. Sería la derrota más grave sufrida por esa fracción en dos décadas.
En total, fueron elegidos 199 de los 200 miembros del Consejo Nacional. También se votaron 41 de los 46 mandatos de la Cámara de Representantes de los 26 cantones. La conformación definitiva de esteorganismo no se sabrá sino hasta el 25 de nviembre, pues en algunas comunidades se hizo necesario realizar segunda vuelta electoral.
El nuevo parlamento suizo elegirá el próximo 12 de diciembre a los siete miembros del nuevo gobierno.