Trágico fin de una polémica figura
7 de junio de 2003Un salto en paracaídas desde 4.000 metros de altura provocó la muerte del político liberal de 57 años de edad. No abrió el paracaídas del experimentado aficionado. La policía alemana presupone que Moelleman se suicidó, sin embargo si su salto a la muerte fue intencional, no dejó una carta de despedida.
El trágico suceso conmocionó a la clase política alemana, pues ocurrió el mismo día en el que el Parlamento alemán, Bundestag, levantara a Moellemann su inmunidad parlamentaria con el objeto de que se le pudiera investigar en relación a un escándalo de corrupción. La noticia de su muerte se produjo unos minutos después de darse a conocer que policía alemana registró su vivienda y oficinas, en total 25 inmuebles relacionados con sus actividades en varios países. En la redada participaron un centenar de agentes, y se extendió a 13 ciudades de Alemania, Luxemburgo, España y Liechtenstein. La noticia de su muerte provocó que fueran suspendidas las investigaciones.
Escándalo financiero
El político alemán, se vió obligado a abandonar el Partido Demócrata Liberal, FDP, al que perteneció durante 33 años y del que era vicepresidente, el pasado 17 de marzo, a raíz de un escándalo financiero. Moellemann, cuya gran pasión era el paracaidismo, fue acusado de malversación de fondos provenientes de donaciones a su partido, con los que financió un folleto en el que criticaba a la política israelí de Ariel Sharon frente a los palestinos.
El audaz y polémico político quería con ello capitalizar con votos, la postura crítica de buena parte de los alemanes durante las pasadas elecciones del 22 de septiembre, pero según críticos, también era una apelación irresponsable a los grupos anti-semitas. Los liberales obtuvieron un 6,2% de los votos, mucho menos del 18 por ciento que pretendían conseguir con su campaña, "Proyecto 18", del cual Moellemann había sido inventor.
Fracaso del FDP
El FDP, que hasta la victoria de Gerhard Schroeder en 1998 fue el partido bisagra de prácticamente todos los gobiernos federales, aspiraba a recuperar su antigua condición de socio minoritario del gobierno, pero se vio ampliamente superado por Los Verdes. La cúpula del partido y particularmente su presidente, Guido Westerwelle, responsabilizaron del fracaso electoral a Moelleman. En su nota de dimisión, Moellemann reprochó a la cúpula del partido, de querer "destruírlo política y humanamente". La muerte de Moellemann ciertamente que no arroja una luz positiva al partido.
"Métodos nazis"
El "escándalo Moellemann", estalló en Abril del 2002, cuando el político de origen sirio, Jamal Karsli, criticó la política israelí frente a los palestinos en el parlamento regional de Dusseldorf. Las declaraciones de Karsli, el mismo día que ingresó al partido Liberal después de abandonar a Los Verdes, levantaron una ola de críticas en Alemania.
Karsli comparó la política de Ariel Sharon con los métodos nazis y dijo que la influencia de grupos de presión pro-zionistas impedían en Alemania toda crítica a Israel. Las reacciones sulfuradas de los líderes de la comunidad judía en Alemania no se hicieron esperar.
Moellemann defendió a Karsli y durante una entrevista con el vicepresidente del Consejo Central de los judíos, Michel Friedman, le dijo que con su manera intolerante y odiosa, se hacía corresponsable del antisemitismo en Alemania. En aquel entonces Moellemann expresó lo que muchos alemanes pensaban. Friedman conduce un programa de televisión en el que aborda a sus entrevistados de una manera agresiva y sin tregua. La antipatía entre Moellemann y Friedman se hizo patente a través de constantes acusaciones mutuas.
Simpatizante de la causa palestina
Pese a su estilo polémico, Moellemann era una figura original, que no temía romper con tabúes. El tema que más le apasionaba era la política exterior. Fue uno de los primeros políticos alemanes que ya en 1988 reclamaba el reconocimiento de un estado palestino. Tenía contactos políticos con el mundo árabe y hacía negocios en varios países del Medio Oriente.
Hace poco presentó un libro titulado 'Klartext', en el que expresaba algunas de sus ideas. "Seríamos más justos con la responsabilidad histórica de los alemanes si discutimos abiertamente sin tabúes mentales ni verbales". Moellemann se pronunció a favor de una convivencia pacífica entre israelíes y palestinos, dentro de fronteras seguras y con un trato de iguales. Críticos afirman que Moelleman no era anti-semita, pero si un provocador.