Turquía, en estado de shock
22 de julio de 2015Un atentado terrorista con más de 30 muertos y 104 heridos ha sacudido a Turquía. Los autores de la masacre golpearon a la ciudad de Suruc, en el sur del país. Su objetivo era una reunión de la Liga Socialista de la Juventud, que se estaba celebrando en la ciudad, cerca de la frontera siria. El gobierno turco sospecha que detrás del ataque se encuentra la organización terrorista “Estado Islámico” (EI). El atentado se produjo poco después del final del Ramadán, en un momento en el que el primer ministro Ahmet Davutoglu se disponía a iniciar la segunda ronda preliminar de conversaciones para formar la nueva coalición de gobierno. La mayoría de las víctimas eran estudiantes de las facultades de derecho y humanidades.
Nunca antes la policía turca ha estado bajo tanta presión como ahora. A pesar de que los asesinos sirios ya habían cometido varios ataques, las autoridades no lo consideraban una amenaza seria. A lo que se suma el insuficiente control de las fronteras, foco de numerosos problemas.
Medidas de seguridad inadecuadas
La comunidad internacional ya había criticado en repetidas ocasiones tanto la política exterior turca con respecto a Siria, como la permisividad en la vigilancia del flujo de combatientes extranjeros hacia el país. A pesar de que las fuerzas de seguridad turcas reforzaron los controles, este atentado -el más devastador desde 2013- ha demostrado que las medidas no son suficientes.
Y es que Turquía parece subestimar lo que está ocurriendo en el país vecino. El riesgo de que los combates entre el Partido Democrático Kurdo, el equivalente sirio del Partido de los Trabajadores Kurdos, y el Estado Islámico puedan extenderse parece que ha sido subestimado. Tras el ataque de Suruc, los expertos turcos en terrorismo advierten que se pueden producir nuevos ataques en el país.
Necesidad de negociar una coalición
En una conferencia de prensa ofrecida el 21 de julio, el primer ministro Davutoglu recordó otros ataques terroristas en Turquía. “Los atentados demuestran que Al Qaeda, el Partido de los Trabajadores Kurdos y el Estado Islámico comparten las mismas ideas”. Inmediatamente después del asesinato del lunes, Davutoglu llamó a todos los partidos políticos a ofrecer una declaración política conjunta de condena al terrorismo.
Sin embargo, los días en que bastaba con firmar declaraciones de intenciones en Turquía, hace tiempo que pertenecen al pasado. Es el momento de implementar mayores medidas de seguridad en todo el país, no solo en las fronteras. Además, la presencia de células durmientes del EI en Turquía debe abordarse con urgencia. Por último, pero no por ello menos importante es la necesidad de entablar conversaciones para formar un gobierno de coalición en el país. Evidentemente, solo un nuevo gobierno podrá ofrecer una nueva visión acerca de estos desafíos para garantizar un futuro mejor y más seguro en Turquía.