Turquía: imposible confiar en la prensa
22 de marzo de 2018Las primeras reacciones de los periodistas ante la venta del grupo Dogan fueron severas. El conocido columnista Kadri Gürsel se expresó a través de Twitter con un mensaje claro: "Con esta enorme toma de control, la industria de medios de comunicación turca queda bajo el control político directo del presidente Erdogan".
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La reacción de Gürsel es comprensible. El grupo Dogan, al que pertenecen el canal de TV CNN Türk, el periódico Hürriyet, su versión en inglés Hürriyet Daily News, el diario Posta, el medio deportivo Fanatik y la emisora de televisión "Kanal-D", siempre fue crítico del Gobierno. En cambio el comprador, el holding Demirören, tiene estrechos lazos con el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Un día negro
Christian Mihr, director ejecutivo de la ONG Reporteros sin Fronteras en Alemania, se pone del lado de sus colegas turcos y califica la venta como "un día negro para la libertad de prensa".
"Es un punto de inflexión para el panorama de los medios en Turquía. Naturalmente también allí los profesionales se enfrentaban a diario al problema de la censura y la autocensura, pero de todos modo siempre vimos al grupo Dogan como una empresa política y comercialmente independiente", dice.
Para Mihr, la venta también es un hito porque los últimos medios independientes que van quedando, como los diarios Cumhuriyet, Evrensel y BirGün, "juntos alcanzan la ridícula cifra de 45 mil ejemplares, y el grupo Dogan conseguía mucho más que eso".
No hay "cuarto poder"
El experto en Turquía Yasar Aydin no ve nada malo en la venta. No hay una ola de protestas en el país por esto, y la explicación está en la estrecha relación que tienen los medios con la política y la economía:
"¿Cómo puede realizar su función como cuarto poder del Estado una empresa como Dogan, si tiene intereses en otros sectores económicos, realiza inversiones y, por consiguiente, su posición depende de mantener una buena relación con el gobierno? Esta vinculación de medios, política y economía lleva también a que los medios sirvan como fuente de presión en busca de defender sus propios intereses. La prensa en Turquía está muy lejos de cumplir su papel como cuarto poder del estado".
Autocensura forzosa
El "Monitor de Propiedad de los Medios" de Reporteros sin Fronteras apoya la tesis de Aydin. En el marco de un proyecto de tres meses, la organización examinó en 2016 las estructuras de marco legal, la concentración y la propiedad de los 46 medios más masivos del país. Evren Gönül formó parte del estudio como coordinador de la organización turca "Bianet", que participó en el proyecto:
"La obligación de defender una sola línea económica y política en Turquía lleva forzosamente a la autocensura de muchos periodistas, quienes no quieren perder su fuente laboral. Quienes deben vivir de esta profesión en estos tiempos, no se pueden permitir una actitud crítica. En la mayoría de los casos el régimen ni siquiera debe controlar mucho a la prensa. La presión económica es mucho más efectiva".
Cada vez más leales
En la práctica, la interdependencia de medios, economía y política en Turquía está muy avanzada. El holding Demirören es activo en los sectores energéticos, de la construcción, turismo e industria. El grupo Dogan, que tras la venta tendrá a disposición cerca de 890 millones de euros, igualmente tiene actividad en los sectores energéticos e industrial. También por esa interrelación, Reporteros sin Fronteras listó a Turquía en el lugar 155 entre 180 en su ranking de libertad de prensa.
La venta no cambiará mucho ese escenario, dice Christian Mihr. El director ejecutivo de Reporteros sin Fronteras da por sentado que los medios serán cada vez más leales al Gobierno. "Me gustaría ser sorprendido, pero lo que espero es que la cobertura de la información estará en la línea de los otros medios, y será a favor del Gobierno. Esto significa que serán totalmente acríticos de lo que suceda en el país y que serán suaves en el trato con las políticas de Gobierno".
Medios sociales en la mira
El experto Yasar Aydin cree que una cobertura "conformista" de la realidad reforzará el uso de los medios sociales. "La confianza en los medios convencionales no es grande. Mucha gente se siente decepcionada por las coberturas y las cifras de ventas caen en picada. El periodismo de calidad en Turquía es algo muy raro. Ello lleva a que cada vez más gente utilice las redes sociales como fuentes de información".
Que los reportes independientes en internet y en las redes sociales son vistos como una amenaza lo muestra un ejemplo reciente llegado desde Ankara. La noche del jueves 15 de marzo, el Parlamento turco aprobó una ley que obliga a los medios online a obtener una licencia, lo que facilitará el control de la red por parte del Gobierno.
Autor: Daniel Heinrich (DZC/VT)
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