El privilegio de doctorar
3 de febrero de 2014En el sistema educativo alemán hay dos formaciones tradicionales. La primera es la universidad y el sistema que tiene permitido entregar títulos de doctorado. La segunda, son las universidades técnicas, que no tienen el permiso de doctorar a sus estudiantes. Esta ha sido la división del sistema educativo en Alemania desde 1960, cuando se establecieron las instituciones técnicas.
La división del sistema se basa en la responsabilidad única de las universidades de formar nuevas generaciones de científicos, mientras que las universidades técnicas deben formar a jóvenes enfocados en el trabajo práctico.
Sin embargo, las fronteras entre los dos tipos de formación educativa, han sido cruzadas hace mucho tiempo. En la actualidad, numerosas universidades ofrecen cursos técnicos, mientras que las universidades técnicas también se dedican a la investigación.
Es por ello que Waltraud Wende, cabeza del Ministerio de Educación y Ciencia de Schleswig-Holstein, quiere otorgar a las instituciones técnicas el derecho de entregar títulos de doctorado.
“Ya no es correcto definir a las universidades técnicas como el lugar en el que se imparten clases para el trabajo práctico y a las universidades como el lugar dedicado a la investigación”, explica la ministra a DW.
Universidades se resisten al cambio
Los representantes de las universidades no ven problema alguno con la tradicional división del sistema educativo y reciben el cambio de mentalidad con poco entusiasmo.
“Las graduaciones pertenecen a las universidades. No puede ser que se consiga el título, ni que se lleven a cabo investigaciones de la forma más barata”, dice en tono de queja el presidente de la conferencia de rectores, Horst Hippler.
También Ulrich Rüdiger, rector de la Universidad de Konstanz, está de acuerdo con la división del sistema educativo.
“Para mi, el derecho a entregar títulos de doctorado implica que la universidad tenga presencia internacional en cuanto a la calidad de su enseñanza y de su investigación”, dice Rüdiger.
Según el punto de vista de muchos profesores universitarios, las escuelas técnicas no tienen el nivel académico para entregar títulos de doctorado y por lo tanto, defienden su privilegio de doctorar.
Además, hay otro argumento que se opone al que las instituciones técnicas tengan el derecho de entregar títulos de doctorado: como los profesores de dichas universidades imparten tantos cursos, no les queda tiempo suficiente para dedicarse ni a la investigación o a los doctorandos.
Martin Gertler, profesor de la Universidad Técnica de Colonia, puede incluso entender esta corriente de pensamiento.
“Como profesor de universidad técnica tengo 18 horas de clases a la semana, mientras que los profesores de las universidades tienen ocho o nueve.” De acuerdo a Gertler, las escuelas podrían recibir el permiso sólo en caso de que se redujera la carga de trabajo. De otro modo, asegura que no se tendría el nivel académico necesario.
Mayor calidad y menos plagios
En otros países europeos, la división del sistema educativo, como la que hay en Alemania, es desconocida. Martin Gertler conoce bien los dos sistemas. En su trabajo como profesor de universidad técnica en Alemania, no tiene derecho a trabajar con doctorandos, pero en su trabajo como profesor invitado en la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, Gertler asesora a estudiantes de doctorado.
“En la Universidad de Utrecht no se es tutor de tesis, sino asesor de tesis y promotor. En otras palabras: cuando la tesis está lista, la calificación no viene del tutor, ni del asesor, sino de los expertos de una comisión de manuscritos”, explica Gertler.
La comisión se encarga de garantizar la calidad de las tesis y de esta manera no es tan sencillo que tengan errores, baja calidad o que se den casos de fraude. Así podrían evitarse casos como los que se han dado en los últimos años en Alemania, donde políticos plagian tesis de doctorado sólo para luego ser descubiertos y tener que abandonar el puesto.
Por ello, la ministra de educación y ciencia, Waltraud Wende, asegura que el tema del nivel académico en las universidades técnicas no debería ser un problema, pues ella quisiera establecer el método de los Países Bajos para calificar las tesis.
“El asesor no sería el experto que califica el trabajo de los doctorandos, no lo haría la misma persona. Además, esos expertos serían probablemente profesores universitarios, así que cualquier preocupación por posible falta de calidad es completamente innecesaria”, concluye la ministra.