UE-América Latina: “éste es el momento de hablar”
11 de mayo de 2009La semana del 10 al 15 de mayo promete ser interesante para las relaciones entre la Unión Europea y América Latina. Dos jornadas de reuniones preparatorias a la Cumbre del día 13; la cumbre misma a la que asistirán los ministros de Exteriores del Grupo de Río y los de la UE y posteriores encuentros entre la UE y México, Chile, América Central, Mercosur y Comunidad Andina.
La agenda de temas a tocar pasa por el cambio climático y las fuentes renovables de energía con un enfoque sostenible para la seguridad energética. Ésta, la decimocuarta reunión de este tipo –la última fue en Santo Domingo en el año 2007- ostenta una característica especial: es la primera vez que Cuba asiste, pues apenas en diciembre de 2008 fue aceptada como miembro de este foro de baja institucionalidad.
La presencia de Cuba
La reunión del lunes 11 entre los representantes europeos y la delegación cubana, encabezada por el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, causa especial expectativa. No se dan demasiados detalles, sin embargo, John Clancy –portavoz del comisario europeo para Ayuda Humanitaria y Desarrollo- anticipó a DW-WORLD que ”se examinarán áreas de interés para todas las partes desde el cambio climático a la crisis financiera”.
Se trata de la segunda reunión a este nivel que mantienen Cuba y la Unión Europea desde la que tuvo el lugar en París en octubre de 2008 y que sirvió para oficializar el diálogo político retomado en junio de ese año, cuando se acordó levantar las sanciones aplicadas a la isla caribeña. Por su parte, el Parlamento Europeo aprobó una exhortación al gobierno cubano a respetar el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos.
“Que Cuba esté presente hará una gran diferencia”, dijo a DW-WORLD Erika Mann, diputada del Partido Socialista Europeo y encargada de las relaciones con México. “Porque si a veces es necesario excluir a alguien, es bueno también saber cuándo es tiempo de volver a integrarlo”, subraya Mann; en su opinión, la UE haría bien en esforzarse por crear una buena relación con la isla –más aún ahora que forma parte del Grupo de Río-, lo cual “no quiere decir que se pase por alto el tema de los derechos humanos y los presos políticos”. Aunque las diferencias con la isla son graves, así Mann, “es mejor ventilarlas sentados a una mesa. Raúl Castro es una gran oportunidad para conversar, representa una pequeña esperanza de cambio, aunque Fidel siga, desde el fondo, siendo reticente. El momento es ahora, cuando el presidente Obama ha avanzado en la distensión hacia la isla.”.
Pedregosa búsqueda de acuerdos políticos
Con respecto a los temas a tratar y lo que cabe esperar de estas reuniones a diversos niveles, Erika Mann –conocedora de la región y del estado de negociaciones que no acaban de cuajar con los diferentes bloques- si bien es optimista y se alegra de que Cuba tome parte de estas conversaciones, advierte de exageradas expectativas. “Depende de quién se siente a la mesa de negociaciones; los países siguen sus intereses regionales... Sin embargo cabe la esperanza de se acepte al fin que en este mundo internacional hay que integrarse y llegar a acuerdos políticos”.
¿Cabe la esperanza?
En cuanto a qué tendría que suceder para poder calificar de exitosa esta semana de negociaciones, Erika Mann opina: “política energética y política de desarrollo deben ser tratadas en concreto, sobre todo en cuanto a las dificultades individuales con vistas al encuentro en Copenhague a final de año. Concretamente significa que enuncien sus dificultades: por ejemplo, si requieren más protección de las zonas costeras que sufren graves cambios”.
Dada la importancia geoestratégica del Grupo de Río, sería importante que lo poco o mucho que se decida “no se quede otra vez en palabras”, declaró Mann haciendo abierta alusión a la conclusión del encuentro pasado, cuando decidieron apoyar a Haití, “esa herida abierta de América Latina”. En su opinión, la crisis económica mundial ha dejado claro que “cuando una región del mundo sufre, a las otras les va mal y nos toca a todos”; Por ello –y con un presidente de Estados Unidos dispuesto al diálogo- precisamente este momento de crisis representa, concluye Mann, una “gran oportunidad para impulsar de verdad la política de desarrollo y las bases de unas relaciones alejadas del paternalismo, de una relación entre socios”.
Autora: Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia