UE congela bienes de Lukashenko

¿Cómo actuar contra un gobierno que poco tiene de democrático, que persigue a la oposición y a todas luces se vale de recursos poco ortodoxos para mantenerse en el poder? A la presión diplomática, la Unión Europea sumó este jueves la de índole financiera, para demostrar al presidente de Bielorrusia que no puede actuar a su antojo sin enfrentar consecuencias.

"El último dictador europeo"

Lukaschenko gobierna con mano dura esa ex república soviética desde 1994 y fue reelegido por tercera vez en el mes de marzo del año en curso, con un 83% de los votos. Un resultado de dudosa limpieza, que provocó manifestaciones de protesta en las que centenares de personas fueron detenidas. La represión, en definitiva, colmó la paciencia de varios gobiernos de Occidente.

Estados Unidos ha calificado al presidente bielorruso como el último dictador que va quedando en Europa. Y los propios europeos ya habían optado por hacerle frente con sanciones como la de prohibir su ingreso al territorio de la UE. La nueva medida anunciada ahora en Bruselas afecta a los depósitos y bienes de aquellos a los que se considera responsables del fraude en los comicios y la persecución de los opositores. Entre ellos se cuentan el jefe del servicio secreto, fiscales, jueces y funcionarios del servicio electoral. En cambio, se ha descartado la aplicación se sanciones contra el país, para no causar daño a la población bielorrusa.

Aislamiento progresivo

La estrategia europea apunta ahora a incrementar los contactos con las organizaciones civiles de Bielorrusia y respaldar a los líderes que luchan por la aplicación de reformas democráticas en el país.

En suma, Lukashenko se encuentra cada vez más aislado en el plano internacional. Cierto es que mantiene contactos con Cuba y muestra comprensión para con los planes nucleares de Irán. Pero incluso Rusia está tomando a estas alturas una prudente distancia de su aliado.