UE-Cuba: ¿la solución pragmática?
19 de junio de 2012“Diplomacia y derechos humanos en Cuba, desde la primavera negra a la liberación de los presos políticos”, un libro que recoge el testimonio de diplomáticos que ejercieron en la isla caribeña, fue presentado en Bruselas.
Editado por Gabriel Salvia de CADAL (Centro para la apertura y el desarrollo de América Latina), la Fundación Konrad Adenauer -cercana al Partido Popular Europeo- y el Christian Democratic International Center (KIC) de Suecia, el libro cuestiona el papel de la comunidad internacional en la defensa de los derechos humanos.
En un momento en que la Unión Europea y Cuba se acercan a firmar un acuerdo bilateral para la cooperación, aprovechando la presentación del libro, en un seminario en el seno del Parlamento Europeo políticos y diplomáticos cristianodemócratas se cuestionan el papel de la UE en la defensa de las libertades.
“La UE pudo hacer más”
“La comunidad internacional pudo haber hecho más para ayudar al pueblo cubano a salir de esa situación”, afirma Alf Svensson, eurodiputado sueco, del bloque conservador, anfitrión del encuentro. Aunque su país se ha caracterizado por una relación de cooperación con La Habana, en ésta, en su opinión, debió haberse hecho mayor hincapié en los derechos humanos. También la UE debió priorizarlos.
“¿Por qué en el instrumento de cooperación se prioriza la seguridad alimentaria, la adaptación al cambio climático y los programas de educación y formación y no las libertades? Nos quedamos callados muchas veces para mantener nuestras relaciones y nuestros acuerdos comerciales, pero no usamos nuestra fuerza negociadora a favor de la libertades de las personas”, señala Svensson.
“Es muy difícil negociar bilateralmente sobre derechos humanos porque no hay aceptación de nuestra visión”, dice por su parte Ingemar Cederberg, quien fuera embajador de Suecia en Cuba entre 2005 y 2010. Durante su misión diplomática en La Habana –marcada por la “posición común” de 1996 que supedita la relación con La Habana a avances en materia de derechos humanos- se reanudaron en 2008 los vínculos de cooperación, que habían sido cortados en 2003 después de la “Primavera Negra”.
“Desde los años 90, las embajadas y la representación de la UE hacemos un trabajo en común, invitando a representantes de la sociedad civil mensualmente. Hemos sido activos analizando las condiciones de las prisiones; hemos podido demostrar violaciones graves”, dice a DW Cederberg, cuya acción de asistencia a la familia de un disidente, en 2009, fue calificada de “ingerencia en asuntos internos” y echó leña al fuego de las tensiones.
¿Un pie en cada orilla?
Si bien la “Posición común” sigue vigente, la búsqueda de una nueva vía para el diálogo con La Habana puede llevar ahora a un acuerdo bilateral para la cooperación. Si bien una parte del espectro político europeo se ha pronuncia a favor de una “normalización” de las relaciones con Cuba, otra parte defiende la posición adoptada en 1996.
“La posición común ha sido buena porque ha sido un referente para nuestro trabajo; si ahora se hace un acuerdo bilateral se puede conservar de alguna forma”, afirma Cederberg.
“La Posición Común es un texto bastante ejemplar en materia de política exterior activa en derechos humanos y tiene más vigencia ahora que antes, pues la ley 88 por la cual se encarcela a la mayoría de los disidentes en Cuba es del año 1999”, dice a DW por su parte Gabriel Salvia, director de CADAL.
No obstante, “que la UE haga acuerdos para que las condiciones de bienestar de las personas mejoren es bueno; pero no se debe hacer a condición de no hacer nada por la apertura política”, afirma Salvia, subrayando que Europa sí está en capacidad de hacerlo. Que la canciller alemana, Angela Merkel, ponga en la agenda con China los derechos humanos es, según el analista de CADAL, una prueba de que se puede, “si bien sí falta una actitud más clara y firme”.
Cooperación, disidentes, Internet
Como fuere, y aunque la situación de los derechos humanos en la isla sigue siendo precaria. “que la UE firme ahora un bilateral -manteniendo nuestras condiciones- es bueno”, opina Cederberg. “Eso sí, hay que seguir buscando el contacto con los disidentes fuera de los canales oficiales y en la nueva sede de la UE hay que ofrecer a la sociedad civil cubana acceso al Internet”, afirma el ahora retirado diplomático, concluyendo que la UE sí ha logrado resultados optando por “la única manera de moverse hacia delante, siendo pragmática”.
Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas