UE: el avance de los provocadores
9 de junio de 2009Stuttgarter Zeitung, de Stuttgart: “La baja participación electoral de seguro contribuyó al dramático desplazamiento hacia la derecha que experimenta Europa. Si los clásicos partidos mayoritarios no logran movilizar a sus electores para que acudan a las urnas, cobran relativamente mayor peso los votos que reciben los islamófobos en Holanda, los antisemitas en Austria, y los neonazis en Hungría o Gran Bretaña. En un parlamento que se basa en la cooperación y la tolerancia, cerca de una quita parte de los diputados tendrá en lo sucesivo poco o nada en común con la UE: un desastre.”
Motivaciones de índole nacional
Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich: “El aumento de los votos obtenidos por los partidos conservadores en los países de la UE tiene en cada caso diversos motivos, de origen nacional. En Alemania, los ciudadanos castigaron a los socialdemócratas porque, desde el estallido de la crisis económica, éstos exageran visiblemente con la tendencia alemana a la fortaleza del Estado. El hecho de que en algunos países hayan avanzado partidos de protesta y de extrema derecha, parece a primera vista empañar el positivo balance. Pero, en vista de los 375 millones de personas con derecho a votar (en la UE), los votos obtenidos por el provocador holandés Geert Wilders y grupos similares no tienen tanto peso. Europa ha demostrado ser sorprendentemente resistente a las crisis”.
El “milagro” de Cohn-Bendit
La Repubblica, de Roma: “La derrota socialista en Francia lleva la firma de “Dany el rojo”. A la edad de 64 años, Daniel Cohn-Bendit ha obtenido el triunfo político más hermoso de su carrera: sólo un puñado de votos separa a su lista ecológica del Partido Socialista de Francia. (...) Es un éxito personal del franco-germano Cohn-Bendit, quien supo conquistar a todas las almas verdes y también cautivó al electorado urbano ilustrado, que suele votar por los socialistas”.
Barroso, una mala noticia para Europa
Le Monde, de París: “Los Europeos sólo tienen en la cabeza la preocupación por la crisis económica y ello puede explicar la redoblada indiferencia de muchos con respecto a la UE. Bruselas no ha tenido ningún papel, o casi ninguno, en el manejo del trauma económico y tampoco en las posteriores reflexiones sobre cómo superar la crisis. Si quienes se abstuvieron de votar querían castigar la ausencia de las instituciones europeas en la crisis, equivocaron el blanco. La culpa no la tiene el Parlamento Europeo, sino el presidente de la Comisión de la UE, el portugués José Manuel Durao Barroso, quien carece de todo carisma político y fantasía económica. Y es él a quien los gobiernos de la UE quieren proponer para un segundo período a la cabeza de la Comisión Europea. Ésa es una mala noticia para Europa.
Autor: Emilia Rojas/dpa/afp
Editora: Eva Usi