UE-Rusia: En alta velocidad hacia lentas discusiones
5 de septiembre de 2008Después de la Cumbre del 1 de septiembre, la Unión Europea sigue intentando disuadir a Rusia para que retire sus tropas estacionadas en Georgia. Un encuentro Cumbre entre Nicolás Sarkozy, el presidente francés que encabeza este semestre el Consejo de la UE, y el presidente ruso, Dimitri Medwedev.
Un tren desde París
Al mediodía, en un tren especial proveniente de París, llegan los 27 ministros a la sureña Avignon. El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner no desaprovecha la ocasión para promocionar así el TGV, el tren de alta velocidad. A diferencia de este bólido de las vías férreas, de las discusiones no se espera una rapidez apabullante. Serán más bien movimientos circulares los que tenga estas conversaciones, informan fuentes diplomáticas. Después que los líderes de Exteriores determinaron el curso de las relaciones con Rusia, a ministros les toca tornar hechos el verbo y convertirlo en política concreta.
“La tantas veces mencionada unidad europea no es algo impuesto, más bien algo a conquistar a veces mediante arduas discusiones. Por eso necesitamos esta ronda de discusión, espero que la de Avignon deje abiertas opciones para una futura política común”, declaró el ministro de Exteriores, Frank Walter Steinmeier.
Las negociaciones con Rusia en torno a un acuerdo de asociación han sido congeladas hasta que Rusia no se retire de los territorios georgianos y no ponga en práctica el plan de tregua elaborado por el UE. No obstante, el ministro Steinmeier advirtió que el diálogo con Moscú debe continuar.
Líneas claras
Que el primer ministro ruso, Vladimir Putin, haya alabado la postura del UE no le cae bien a varios de los ministros de Exteriores europeos, a quienes les gustaría marcarle claramente los límites a Moscú. El ministro británico David Miliband escribió en un artículo de prensa que Rusia debía aceptar de una vez por todas que los países vecinos son Estados soberanos. El presidente ruso, según Miliband, carga con la gran responsabilidad de no empezar una Guerra Fría. Que Ucrania debe ser aceptada lo antes posible en la UE, acotó también exhortando a afrontar los conflictos en la moldava Transnistria y la caucásica Nagorno-Karabaj, vecina de Irán. Se trata, sobre todo, del sector energético. Se requiere grandes reservorios de gas para prevenir posibles cortes de suministro.
El ministro Miliband no está solo con esta postura, sus palabras son bálsamo tanto para su homólogo polaco como para los ministros bálticos. Alemanes, franceses e italianos resaltan, por el contrario, que el Cáucaso no se puede estabilizar sin la ayuda de Rusia. Cómo lograr defender los intereses europeos frente a Rusia, éste es el núcleo de las discusiones que tendrán lugar en el medieval palacio pontificio de Avignon.
La postura alemana
Steinmeier propone, por ejemplo, que las tropas rusas de pacificación en Abjazia y Osetia del Sur sean reemplazadas, a largo plazo, por tropas internacionales con participación europea.
“Tenemos que seguir trabajando en la consolidación de esta todavía frágil tregua; es necesario que sigamos elaborando un mecanismo internacional de paz que permita deje las tareas de control en manos de la comunidad internacional”, aseveró Steinmeier.
¿Prueba de músculos?
Moscú, entretanto, ha deparado otro sinsabor a la UE: ha empezado a cuestionar sus acuerdos comerciales con Estados Unidos y Turquía; los firmados con Ucrania serán puestos a prueba. La crisis gubernamental en Ucrania será otro de los temas de los 27 ministros: partidos favorables a Rusia podrían hacerse con el gobierno dado los conflictos en el bando prooccidental.
A pesar de estas claras pruebas de músculos, la Unión Europea no debe temer quedar desabastecida; según estima el consorcio energético alemán EON Ruhrgas, el suministro de gas hacia la Unión Europea proveniente del monopolio ruso Gazprom no peligra. Rusia y la ex Unión Soviética han cumplido puntualmente durante los últimos 35 años con sus obligaciones comerciales.