Un alemán incansable

Llamado en Francia "señor 100.000 voltios" porque no parece perder nunca la energía, consiguió su objetivo, a pesar de que 20 kilómetros antes de la meta tuvo que cambiar el neumático trasero de su bicicleta

Después de haber insistido cada día ante el jefe del equipo danés CSC Bjarne Riis si podía correr, en la novena etapa entre Gerardmer y Mulhouse (171 km.), lo consiguió y demostró que lo sabe hacer: "para mi fue el último chance y mostré que un viejo lobo tiene todavía dientes".

Simpático rival

Voigt, de 33 años y nacido en Meckelemburgo-Pomerania Occidental, ha desarrollado una carrera ciclística en la que se ha mantenido siempre al ataque, ha trabajado siempre duro y lo ha hecho ganándose también la simpatía de sus fans y de los grandes campeones del ciclismo, como su compatriota Jan Ulrich, capitán del equipo alemán T-Mobile.

"El es uno de los más simpáticos. El ataca cuando él puede", dijo Ulrich, a quien sobrepasó en la batalla del domingo colocándose Voigt en el tercer lugar en la novena etapa. En la competencia, Voigt llegó tres minutos antes que Armstrong y después de Christophe Moreau. El primer lugar lo consiguió el danés Michael Rasmussen.

Esta es la segunda vez en su carrera ciclística que Voigt viste el "Mailot Jaune" y el primer alemán después de que en el 2002 lo vistió Eric Zabel. Entonces él corría para el equipo del Credit Agricole (1998-2003).

Hombre de familia

Pero Voigt, que desde niño era hiperactivo, no es sólo hombre de ataques, también su energía emana de su vida en familia. Poco antes del comienzo del Tour de Francia, su esposa Stefanie dio a luz a su hija Kim Helena. Sus padres Edith y Egon Voigt lo acompañan también en la vuelta.

Este martes encabezará Voigt la décima etapa de la vuelta (192,5 km. de Grenoble a Courcherel) después de vestir dos días la camiseta amarilla, pero lo hará conciente de que lo más posible es que deberá cederla. "No soy especialista en montañas", dijo el ciclista alemán, que durante el año en curso ha conseguido ya siete victorias, más que Ulrich.

Las perspectivas para el próximo otoño parecen atractivas para Voigt, quien desde hace 10 años corre para equipos extranjeros, donde ha ganado mucha experiencia. Sin embargo, la permanencia de Voigt con el grupo danés CSC parece estar llegado al límite, debido a problemas presupuestarios.

CSC cuenta con un equipo de ciclistas de talla mundial, pero debe luchar por conseguir financiamiento. Podría ser que en los próximos meses, Voigt pase a un equipo alemán, según el periódico Maerkische Allgemeine.