Un nuevo Kyoto
24 de enero de 2008El Rhein Zeitung opina lo siguiente: „Si la Unión Europea asume obligaciones exageradas, lo que exportará no será tecnología limpia sino empleos. Con ello pondría en riesgo su propia base económica. Ésta, por sí misma, sólo proporciona las condiciones materiales en las que se sustentan las medidas ecológicas. Por ello es necesario un nuevo acuerdo global a fin de salvar el clima. El auténtico reto para Europa consiste, pues, en negociar los términos que sucederán al Protocolo de Kyoto.”
Un nuevo Kyoto es necesario
El Rheinpfalz de Ludwigshafen, también en Alemania, coincide: “La completa implementación de las normativas europeas estará influenciada por el éxito o fracaso de un nuevo acuerdo global para el clima. En 2010, la Unión Europea hará su primer balance preliminar. Esto es correcto: los europeos no pueden salvar solos al medio ambiente. Del mismo modo, es importante que los ciudadanos perciban que las cosas no pueden continuar como van. Esto resultaría más caro que cualquiera de las medidas propuestas por Europa. Los costos para contener daños causados por un cambio climático incontrolado son estimados en un uno por ciento del rendimiento económico mundial; los de las catástrofes causadas por el efecto invernadero ascenderían a 20 por ciento del producto social bruto anual de todo el mundo. El paquete climático, ante todo, debe servir como ejemplo que cause impresión en otras regiones y países.”
Faltan inversiones ecológicas
Desde Düsseldorf, el Westdeutsche Zeitung, demuestra escepticismo ante la iniciativa europea: „Aún cuando el paquete de medias climáticas europeas lograse la ansiada reducción de emisiones contaminantes, y aún si las demás regiones participasen, ello no cambiaría el hecho de que el cambio climático no se frenará por completo; sólo se desacelerará. Así, resultaría de importancia implementar medidas a gran escala: inversiones millonarias para la protección de las costas, para el procesamiento de aguas residuales y para la transformación de las tierras agrícolas amenazadas por la sequía en Europa. De otro modo, el costo será realmente alto, y para todos.”
Próximas dificultades
En Holanda, el Volkskrant, aborda el aspecto político: “La Comisión Europea tendrá grandes problemas para que todos sus miembros aprueben en sus parlamentos las medidas propuestas. En cuanto aparezcan las primeras estimaciones sobre lo que costaría la iniciativa ecológica, comenzarán también a caer las primeras cortinas políticas y prácticas. Es muy poco probable que los planes de la Comisión no sufran modificaciones. Pero tampoco será fácil para los Estados de la Unión Europea echar las propuestas al basurero. Ellos mismos fueron los que pidieron tales medidas. En la reciente Cumbre de Bali, el tono era inconfundible: Europa quiere salvar el clima, Estados Unidos no. Así que si la Unión Europea quiere conservar su credibilidad, debe hacer que los hechos coincidan con las palabras.”