Un plan para desfalcar a Venezuela
12 de marzo de 2019El próximo 29 de abril, el exbanquero alemán Matthias Krull comenzará a cumplir la pena de diez años de cárcel a la que fue sentenciado por un tribunal estadounidense en octubre de 2018. Fue entonces cuando se declaró culpable de haber participado en un plan para lavar dinero proveniente de Venezuela haciéndolo pasar por varios países, incluido Estados Unidos. Aparte de Krull, otras siete personas fueron acusadas de haber cometido el mismo delito en agosto de 2018; entre ellas figuraban exfuncionarios públicos venezolanos, miembros de la élite gobernante y expertos en el lavado de dinero de terceros.
Según el periodista Ingo Malcher, del semanario alemán Die Zeit, Krull es sólo una pieza en un engranaje mucho más grande armado en torno a la petrolera estatal venezolana PDVSA, la principal fuente de ingresos económicos y divisas de la nación caribeña. Malcher entrevistó a Krull en enero de 2019 en Estados Unidos y publicó un artículo sobre su caso en el periódico para el cual trabaja. El exempleado del banco suizo Julius Bär se alió con venezolanos bien conectados para ganar dinero ilegalmente aprovechando las distorsiones del sistema cambiario vigente en Venezuela.
En total fueron malversados 1.200 millones de dólares (1.070 millones de euros). Los investigadores del caso señalan que Raúl Gorrín, el multimillonario venezolano que compró el canal de noticias Globovisión, y tres hijastros del mandatario de facto Nicolás Maduro –tildados “los chamos” y, hasta ahora, libres de condena– están entre los estafadores. ¿Cómo funcionó el plan en cuestión? “La cotización de la moneda nacional, el bolívar, frente al dólar estadounidense es fijada por el banco central local”, explica Malcher. Pero no cualquiera puede comprar o vender divisas.
Circunstancias ideales
Pocas compañías están autorizadas para efectuar conversiones de bolívares a dólares y viceversa. Una de ellas es PDVSA. Quienes no tienen acceso a esos cambios oficiales recurren al mercado ilegal de divisas, donde el dólar se cotiza a un precio muchísimo más alto. Se alega que los timadores explotaron tanto el sistema oficial de cambio de divisas como el mercado ilegal. “Los embaucadores tenían dólares y con esos dólares compraron bolívares en el mercado negro. Luego le hicieron un préstamo en bolívares a PDVSA y la empresa se los devolvió en divisa extranjera”, dice Malcher.
Los estafadores terminaron teniendo diez veces más divisas fuertes en sus manos que al principio porque PDVSA les retornó el crédito en bolívares respetando la cotización oficial del dólar, que es mucho menor que en el mercado negro. La operación comenzó en diciembre de 2014 y su objetivo inicial era reunir 600 millones de dólares. En mayo de 2015, el grupo ya había obtenido 1.200 mil millones de dólares. Fue en este punto donde Krull entró en juego. Los investigadores del caso apuntan que, empezando en 2016, uno de los conspiradores le encargó lavar el dinero.
Al parecer, Krull logró lavar 60 millones de dólares y recibió 600.000 dólares como comisión por su labor. Sin embargo, Krull no era la única persona involucrada en la operación de lavado de dinero. Malcher cuenta que una porción muy grande del monto malversado fue a parar primero a Malta. Las pesquisas sugieren que luego invirtieron el dinero en diferentes negocios. Se usaron diferentes modalidades para mover el dinero. Una de ellas implicaba transferir el dinero de un banco a otro hasta conseguir que el emisario inicial no fuera reconocible.
Destinos perfectos
En febrero de 2019, advertidas por investigadores estadounidenses, las autoridades de Bulgaria bloquearon las transferencias provenientes de una serie de cuentas bancarias sospechosas que recibieron millones de dólares de PDVSA. Este caso en particular no da la impresión de estar relacionado directamente con el que involucra a Krull, pero ayudan a armar un rompecabezas enorme. Las cuentas aludidas fueron abiertas en un pequeño banco búlgaro –cuyo nombre no se ha hecho público todavía– por una persona con múltiples nacionalidades, incluida la búlgara.
Malcher subraya que quieres buscan lavar dinero suelen tener en la mira a países con monedas estables pero sistemas de supervisión bancaria débiles para alcanzar sus objetivos. “Estados como Bulgaria, pero también como Alemania, tienden a ser receptores de dinero mal habido”, esgrime el periodista de Die Zeit. Las pesquisas continúan.
(erc/elm)
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