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Una bomba de tiempo nuclear

ers.5 de junio de 2002

La cumbre sobre seguridad en Asia, celebrada en Alma Ata, no logró acercar a India y Pakistán. También las esperanzas cifradas en la mediación rusa se disiparon.

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Los presidentes de India (izquierda)y Pakistán (derecha) mantuvieron la distancia en la cumbre de Alma Ata.Imagen: AP

La tarea que se propuso Vladimir Putin no era fácil. Y los resultados de su gestión mediadora en el conflicto de Cachemira fueron escasos. Más allá de constatar la disposición al diálogo de ambas partes y su voluntad de no recurrir a la fuerza para resolver la pugna, no fue mucho lo que el presidente ruso pudo presentar tras haberse entrevistado, por separado, con los gobernantes de India y Pakistán.

Atal Bihari Vajpayee y Pervez Musharraf aprovecharon el foro, en cambio, para continuar achacándose mutuamente la responsabilidad de la tensión, que mantiene frente a frente a casi un millón de soldados.

Es una cuestión de prestigio. Pero, a juzgar por las informaciones de la cumbre, es el presidente pakistaní quien se muestra más abierto a posibilitar un entendimiento. Según la agencia rusa Interfax, propuso firmar un acuerdo de no agresión con India y emplazar un amplio contingente de la ONU en la frontera.

La intención es clara: refutar las acusaciones de que Pakistán respalda a los grupos fundamentalistas que efectúan actos terroristas en Cachemira.

Posición incómoda

El presidente pakistaní se ve actualmente en una posición más incómoda que su adversario, tras la condena que provocaron sus recientes ensayos de misiles.

En la prensa internacional sale a relucir, cada vez con más frecuencia, que se trata de un gobernante militar. Y se subraya crecientemente la contradicción entre su apoyo a Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y su incapacidad de frenar las operaciones de grupos extremistas en el flanco oriental.

Por otra parte, Pakistán está en inferioridad de condiciones en el aspecto militar. Si el ejército indio arremetiera en su contra con armas convencionales, podría quedar rápidamente acorralado. Esto incrementa el temor de los expertos a que pudiera verse tentado a dar una respuesta nuclear.

El lugar "más peligroso del mundo"

Las estimaciones difieren en cuanto al poderío atómico de ambos países. Un experto del Institute for Science and International Security, de Washington, ha cifrado la cantidad de cabezas nucleares indias en 65. Pakistán, en cambio, sólo tendría unas 39.

Son únicamente cifras estimadas, carentes de confirmación. Pero bastan para poner en evidencia la gravedad del problema. No en vano, el secretario de Estado adjunto norteamericano, Richard Armitage, ha definido la zona como "el lugar más peligroso del mundo".

Tanto más urge, en consecuencia, un esfuerzo internacional para zanjar este conflicto de décadas. Pero hará falta más presión de la que logró ejercer Putin en su estreno como mediador.