Una comedia tropical

Tageszeitung, de Berlín: "El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad aprovecha a su manera que la izquierda vaya ganando terreno en Latinoamérica. Con su viaje a Venezuela, Nicaragua y Ecuador el islamista quiere demostrar que no se encuentra aislado a nivel internacional como lo desearía Washington. Juntos se sienten más poderosos en la lucha contra Estados Unidos. Junto con Evo Morales de Bolivia, también Daniel Ortega de Nicaragua y Rafael Correa blandirán la espada retórica contra el norte, para distraer de sus propias debilidades. El hecho de que su colega "revolucionario" Ahmadineyad persiga al otro lado del planeta un proyecto social que contradice en casi todos los puntos al socialismo moderno, eso no lo mencionan ni con una palabra."

Alianza internacional de los no alineados

La Stampa, de Roma: "Dos mil millones de dólares para apoyar a los países pobres para liberarse de la influencia política y económica de Estados Unidos: este es el acuerdo del presidente de Irán y Venezuela (…), con el que quieren crear una alianza internacional que esté en capacidad de "reducir el poderío de los yanquis en el mundo". (…) Tras esta "sociedad antiimperialista" se encuentra el gran y ambicioso proyecto de Chávez y Ahmadineyad, de crear un nuevo movimiento de los no alineados que este en condiciones de concentrar muchos votos en la ONU. La actual visita de Ahmadineyad sirve para fortalecer el proceso: no es una coincidencia que haya llegado a Venezuela, Nicaragua, y después a Ecuador.

Chávez el nuevo coco después de Castro

Die Welt, de Berlín: "Hace tiempo que Castro y su obsoleta isla de caña de azúcar ha dejado de ser el problema principal de la política estadounidense en Latinoamérica; ahora lo es Hugo Chávez. Por mucho tiempo, por cierto también en Europa, se le subestimó como payaso político tropical, pero resulta ser el estratega más astuto de la región. Su meta es clara: el dominio del subcontinente. Sus métodos son a veces económicos, a veces políticos. Así es como Chávez compra desde hace tiempo con sus petrodólares el apoyo en la región. (…) Las motivaciones tras la lucha chavista contra el "neoliberalismo" no son de carácter ideológico, sino que resultan del claro cálculo de mantenerse en el poder. Para esto sirve también la creciente militarización de la sociedad venezolana."