Una Corte Internacional sexagenaria y ¿de papel?
12 de abril de 2006Con su llamado a reconocer la Corte Internacional de Justicia como una instancia jurídica vinculante, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, puso el dedo en la llaga de este órgano judicial, que hoy cumple sesenta años. ¿Se trata de un importante tribunal o de un tigre de papel?
El Tribunal Internacional, como también se lo conoce, fue fundado en 1946 y su función principal es resolver litigios entre Estados y emitir dictámenes acordes al derecho internacional. Ésta es la más antigua de las tres cortes internacionales emplazadas en la capital administrativa de Holanda; las otras dos son el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y la relativamente nueva Corte Penal Internacional.
Historia en breve
En 1946, este órgano permanente de Naciones Unidas reemplazó a la Corte de Justicia Internacional, que funcionaba en el mismo Palacio de la Paz desde 1922. El objetivo de fundar un nuevo organismo con objetivos casi idénticos era precisamente el que fuera permanente y parte integral de Naciones Unidas. En teoría, se trataba de que para un Estado miembro que haya firmado la Carta, un fallo de la Corte fuera "vinculante, final y sin posibilidad de apelación".
El presidente de esta Corte, que se compone de 15 jueces de otros tantos países, se elige cada tres años, es en este momento la inglesa Rosalyn Higgins, de quien podría decirse que es la juez máxima a nivel mundial. Sin embargo, no penaliza ni sanciona; eso es asunto de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad.
60 años, 92 casos
"Hace algunos años la Corte no tenía casi nada que hacer. Pero a mitad de los años sesenta, los países del Tercer Mundo la descubrieron, sobre todo para mediar en litigios territoriales", explica un experto en derecho Internacional de La Haya, Oliver Ribbeling. Si, por ejemplo, en algunos conflictos territoriales en el África medió La Haya, hoy la mayoría de casos pendientes se tratan de otra cosa:
Bosnia Herzegovina acusa a Serbia Montenegro de genocidio; por lo mismo, Croacia acusa a Serbia y Montenegro; Congo acusa a Francia por irregularidades en procesos judiciales; pendiente también está un juicio en la disputa territorial y marítima entre Nicaragua y Colombia, acerca de la soberanía sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia, en el que se trata sobre todo de las reservas petrolíferas de la región.
Entre los 92 casos en los que ha trabajado la Corte en sus sesenta años se encuentran algunos espectaculares, como lo fue el de 1979/1980, según el cual la Corte dictaminó en contra de Irán por la ocupación de la embajada estadounidense en Teherán. También falló, demasiado tarde, en contra de Estados Unidos, cuando Alemania abogó por la vida de dos hermanos condenados a pena de muerte.
Derecho internacional vs. ley del más fuerte
Si bien la Corte Internacional de Justicia es un símbolo del derecho internacional, sus poderes se han visto limitados, sobre todo por la desgana de algunos países para respetar las resoluciones de la Corte o por la imposibilidad del Consejo de Seguridad para poner en práctica el fallo, sobre todo si de uno de los cinco miembros permanentes se trata.
Este es el caso de Estados Unidos. Si en 1946 aceptó la jurisdicción obligatoria de la Corte al firmar la Carta, y si en 1980 aceptó el fallo a su favor en el caso de Teherán, en 1984 retiró su aceptación tras el fallo en el que la Corte lo exhortaba "a cesar y a abstenerse del uso ilegal de la fuerza contra el gobierno de Nicaragua". También se le ordenó pagar unas compensaciones que nunca tuvieron lugar.
¿Quién le tiene miedo a este tigre?
Tigre de papel o no, en el derecho internacional su importancia no se pone en duda, opina Ribbeling añadiendo: "Es un tribunal con peso mundial, eso es seguro, un tribunal internacional". Sin embargo, si se revisan los fallos y los casos de estos sesenta años y se tiene en cuenta el mensaje de Kofi Annan se podría concluir que los fallos de la Corte de Justicia Internacional tienen valor y peso, sí, pero son vinculantes sólo para algunos.