Una semilla musical venezolana germinando en Alemania
24 de junio de 2022En el año 2015 llegaron a Alemania, sobre todo a través de la ruta de los Balcanes, cientos de miles de refugiados. El manejo de esta compleja situación no solo fue asumido por el Estado alemán, sino también produjo respuestas, de distinta índole, por parte de la sociedad civil.
Constanza Vagnini-Holbl, una antropóloga residente en Múnich, era una de las ciudadanas preocupada por esta situación. Cuenta que "durante esos años había en Alemania mucha inquietud, temor e incluso rechazo ante la llegada de esa cantidad de refugiados al país. Por ello, y por mi experiencia personal, yo estaba muy consciente de que la integración de los hijos de esas familias a la sociedad alemana no sería nada fácil. Yo nací en Venezuela y llegué a muy corta edad a Alemania, y a pesar de que de que mi abuelo era alemán, y de que yo conocía la cultura y el idioma, tuve que superar varios obstáculos durante mis primeros años en Alemania. Por ello, estaba convencida de que a estos niños, que no conocían el idioma y procedían de culturas muy distintas, se les iba a dificultar mucho más su integración a la sociedad alemana”.
Constanza se planteaba también el problema desde la perspectiva de los niños alemanes: "¿Habrá posibilidades de que los niños alemanes puedan tener contacto y establecer relaciones con estos niños refugiados? ¿Habrá oportunidades para que los niños alemanes puedan aprender a apreciar, valorar y manejar las diferencias culturales?” Reflexionando sobre estos temas, tuvo la idea de "unir a niños de diferentes entornos sociales y culturales a través de la música” para así facilitar la integración de estas familias extranjeras a la sociedad alemana.
También le sirvió la experiencia de su propia familia, en Venezuela. Durante su juventud, el arquitecto y músico Luciano Vagnini y la pianista Sofía Mühlbauer, padres de Constanza, formaron parte del pequeño grupo de jóvenes pioneros con quienes el maestro venezolano José Antonio Abreu dio inicio en 1975 al novedoso y ambicioso proyecto de enseñanza musical que, con el paso del tiempo, llegó a convertirse en el muy conocido "Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela”. Este prestigioso programa masivo de enseñanza musical, replicado ya en más de 70 países, ha recibido innumerables galardones internacionales, entre los cuales destacan el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y el Premio Internacional de Música de la UNESCO.
C.O.N.Sonanza en Múnich
En el año 2016, Constanza estaba convencida de que la filosofía y el modelo del Sistema podía adaptarse a las condiciones alemanas y contribuir con la integración social de los niños inmigrantes. Logró sumar a sus padres y a su colega lingüista y musicólogo Leonardo Paredes, quien también se formó como músico en el Sistema. En el año 2017, y luego de muchos esfuerzos y tramites, Constanza logró registrar oficialmente en Múnich la asociación sin fines de lucro C.O.N.Sonanza.
A raíz de la crisis humanitaria y política por la que atraviesa Venezuela, se ha producido en estos últimos años una inmensa ola migratoria. Algunos de esos migrantes, destacados músicos jóvenes formados en el Sistema, tocaron las puertas de C.O.N.Sonanza y se sumaron al proyecto como profesores. "Desde los inicios, mis padres preocupados siempre me preguntaban ¿quién va a ser el director? En enero del 2019, tocó la puerta de la casa de mis padres un joven musico que reunía todo lo que necesitábamos. José Jesús Olivetti venía del Sistema y había sido formado como director de orquesta por el propio maestro José Antonio Abreu”, cuenta Constanza.
La educación musical en C.O.N.Sonanza es gratuita y no exige como requisito de admisión estudios o experiencia musicales previos. Está dirigida a niños y jóvenes, sin distinción de ningún tipo, de distintos entornos sociales y culturales y con edades comprendidas entre los 7 y los 17 años.
Gracias a contribuciones y financiamiento público y privado, C.O.N.Sonanza ha podido recabar fondos para alquilar los instrumentos musicales y contar con salas de ensayo en la ciudad de Múnich. Pese a las enormes restricciones vinculadas con la pandemia del Covid-19, esta organización provee hoy en día formación musical gratuita y de excelencia a jóvenes provenientes de distintos estratos sociales y con raíces culturales diferentes.
Con gran entusiasmo, Constanza describe el futuro que vislumbra: "La meta para final de año es crecer hasta alcanzar las dimensiones de una orquesta sinfónica. Así mismo llegar a constituir el coro. Estamos en nuestros inicios, todavía tenemos mucho por andar y nos hace falta apoyo para ampliar aún más nuestro proyecto, pero estamos seguros de que vamos a lograr nuestras metas porque C.O.N.Sonanza ya está dando frutos y los jóvenes participantes, sus familias y mucha gente que sigue el proyecto los está valorando”.
(ers)