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Una voz entre los frentes

4 de abril de 2003

La cadena de noticias árabe Al Jazeera quiere "mostrar las cosas tal como son" y defiende la libertad de prensa. En EE.UU. los medios se autocensuran. ¿Mundos confundidos?

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Desde el comienzo de la guerra contra Irak se escucharon muchas voces en Occidente que calificaron a Al Jazeera como un instrumento de propaganda de Sadam Husein. Nada nuevo. Ya en la guerra contra los Taliban en Afganistán se les acusó de dejarse manipular por el régimen en Kabul y la red de Al Qaeda de Osama bin Laden.

Osama bin Laden in Al Dschasira
Imagen: AP

La bolsa de Nueva York prohibió la semana pasada a periodistas de la televisión qatarí entrar en su edificio, dando razones de espacio y seguridad, pero el incidente fue interpretado como clara represalia por la cobertura de la guerra de la cadena árabe. Su página web fue pirateada por hackers estadounidenses.

¿Acaso nos hemos olvidado que supuestamente somos "nosotros" los que defendemos la libertad de expresión? No le haría mal al Occidente no sólo recordar, sino también actuar según una frase célebre del filosofo Voltaire: "No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo".

Glasnost en el mundo árabe

El Dschasira zeigt abgeschossenen US-Apache-Hubschrauber
Imagen: AP

Nadie exige estar completamente de acuerdo con el estilo impetuoso con el que la cadena Al Jazeera presenta sus noticias. Pero hay que recordar, que precisamente la falta del derecho de libre expresión es uno de los grandes obstáculos para la democratización de la región. En casi todos los países árabes, los medios de comunicación se encuentran bajo el control de los gobiernos. La critica no es deseada.

Al Jazeera se hizo famosa en la región por su discusiones transmitidas en vivo, en las que aparecían voces de todos los bandos políticos, desde islamistas, nacionalistas, secularistas, feministas, hasta políticos, periodistas y científicos de países árabes e Israel. Una verdadera pesadilla para muchos gobiernos del Medio Oriente.

Es muy difícil dudar la profesionalidad de esta joven cadena. En 1996, el Emir de Qatar compró por unos 140 millones de dólares lo que era entonces un proyecto fracasado de la BBC, inclusive derechos y equipo.

Con un presupuesto raquítico y una plantilla plagada de veteranos periodistas del prestigioso servicio de noticias en lengua árabe de la cadena británica, la televisión qatarí se convirtió en poco tiempo en un modelo que ya tiene imitadores.

CNN árabe

El éxito de Al Jazeera demuestra que la población árabe desea y valora el pluralismo de opinión. No es demasiado atrevido afirmar que el canal de Qatar ha aportado más a la democratización de la región que los tanques del Pentágono.

El nombre Al-Jazeera significa "la isla". No será precisamente una isla de la verdad en medio de regímenes autoritarios, pero seguramente representa un refugio – o mejor dicho una semilla – en el proceso de democratización del Medio oriente. Uno de los supuestos objetivos del gobierno de Bush en su ofensiva contra Irak.

A pesar de todas sus quejas, también los dirigentes estadounidenses se dieron cuenta de la importancia de exponer sus puntos de vista en un canal de televisión visto por 35 millones de personas en países árabes. El secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad, Condoleezza Rice, fueron los primeros en conceder entrevistas a Al Jazeera. Ni el mismísimo Rumsfeld tuvo inconveniente en salir en su pantalla.

Premiado por su valentía

Muchos responsables de cadenas de televisión europeas no esconden su alivio por no depender por completo de las imágenes transmitidas por las cadenas estadounidenses sobre la guerra. En febrero del 2002, por ejemplo, la segunda cadena alemana ZDF firmó un contrato de cooperación con Al Jazeera.

A fines de marzo, Al Jazeera recibió el Premio a la Libertad de Expresión de la revista británica Index on Censorship por "su valentía al evadir la censura".

El Pentágono no se inclinará por adoptar la sensatez de Voltaire, pero debería tener en cuenta el imperativo categórico de la Red, que a veces hasta es olvidada por algunos hackers: El que censura, tiene miedo.