UNESCO: dos joyas naturales de América Latina
El Valle de Tehuacán-Cuicatlán en México y el Parque Nacional de Chiribiquete en Colombia figuran este 2018 entre los candidatos a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por su "valor excepcional".
Chiribiquete, otro dividendo de la paz
La Serranía de Chiribiquete, el mayor parque natural de Colombia, con una extensión de más de 2,7 millones de hectáreas que abarcan cinco municipios amazónicos en las regiones de Guaviare y Caquetá (sureste) podría ser declarada Patrimonio Mundial. El acceso a estos bellos paisajes es uno de los logros del Acuerdo de Paz, toda vez que antes era terrotorio ocupado por las FARC.
Cuando callan las armas, regresan los jaguares
En el corazón del Guaviare se levantan los tepuyes del Parque Natural Chiribiquete y la serranía La Lindosa. Estas montañas erosionadas de la era terciaria, que parecen tambores gigantes, son parte del territorio que se disputaban grupos armados. El silencio de las armas ha permitido ahora el regreso de los jaguares y otras especies.
Cultura rupestre, vital para comprender la Amazonía
Diseminadas en el océano verde esmeralda, en un territorio casi tan grande como Suiza, hay miles de murales rupestres de un valor incalculable para la compensión de la Amazonía. Gracias al Acuerdo de Paz, los investigadores han podido ahora estudiar los tepuyes para entender los petroglifos rituales, que son dibujos de los pueblos amazónicos plasmados en piedra desde hace al menos 12.000 años.
Arte rupestre en el Amazonas colombiano
Además de tener una de las principales diversidades biológicas del planeta, esta área protegida desde 1989 conserva expresiones artísticas indígenas únicas, así como lugares sagrados que justifican su otro nombre de Maloca del Jaguar.
El valle de Tehuacán-Cuicatlán, un paraíso en el desierto
El valle de Tehuacán-Cuicatlán, enclavado en los estados mexicanos de Puebla y Oaxaca, prueba suerte por segunda vez. La secretaría mexicana de Medio Ambiente lo describe como "la región más pequeña de todas las zonas áridas" de México y hábitat de especies únicas, entre ellas los bosques de cactáceas columnares de gran tamaño y ejemplares de fauna silvestre amenazados como el águila real.
Un mar de cáctus
La Reserva de la Biosfera de Tehuacán-Cuicatlán fue declarada en 1998 como área natural protegida (ANP). Desde entonces, con una extensión de 490 mil 186 hectáreas ubicadas en la región sureste del estado de Puebla y parte del norte de Oaxaca, alberga 2.700 especies de plantas, lo que representa un once por ciento de la flora clasificada de México.
Colibríes, los amigos de los cáctus
Este valle "protege alrededor de 141 especies de aves, entre las que destacan los colibríes, considerados como importantes polinizadores para algunos cactus,y resguarda el 10% de las 30.000 especies de plantas vasculares descritas para México", destaca la entidad mexicana.
Riqueza cultural
El Valle Tehuacán-Cuicatlán alberga vestigios que se remontan al origen de la agricultura y la transición de las sociedades de cazadores-recolectores a las sociedades neolíticas sedentarias, entre ellos, pinturas rupestres, cementerios, montículos, construcciones y ciudadelas.