Uranio radiactivo versus armas biológicas
9 de abril de 2003El uranio empobrecido es una sustancia altamente radioactiva utilizada para el blindaje de carros de combate y otras unidades de ataque. La única y efectiva manera de destruirlo son las granadas antitanques que también contienen esta sustancia y que al estallar, liberan radioactividad en el aire con fatales consecuencias para la salud y el medio ambiente.
El portavoz del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), Michael Willians, declaró en la capital de Jordania que los Estados Unidos y Gran Bretaña le confirmaron que iban a usar en Irak armas que contienen uranio empobrecido. Este tipo de armas fue usado en la anterior Guerra del Golfo y en Kosovo. Los efectos a largo plazo todavía no se han comprobado pero la sospecha sobre sus graves consecuencias contra la salud crece día y día.
Muchos soldados estadounidenses y británicos que combatieron en la primera Guerra del Golfo, sufren todavía las consecuencias del uso de la armas de uranio empobrecido. También entre la población iraquí, los efectos fueron devastadores: Cáncer, malformaciones en los neonatos, mutaciones y otras consecuencias cuya gravedad todavía no se ha determinado.
Pekka Haavisto, director del Proyecto de Uranio reducido del PNUMA, declaró que las más graves consecuencias se verán a largo plazo. La amenaza para los soldados no es nada en comparación con la catástrofe ambiental que significa. Las partículas de uranio quedan suspendidas en el aire y en el agua y permanecen mucho tiempo después de que se haya producido el ataque.
"Entrada al Infierno"
Según algunos testimonios, este tipo de munición ha sido usada en la actual Guerra por la Liberación de Irak. El 29 de marzo, cuando los tanques americanos irrumpieron en Kifl, un grupo de francotiradores se defendió abriendo fuego desde todos los ángulos. La tormenta de arena y los disparos desorientaron a las fuerzas aliadas y estas empezaron a usar la munición de uranio. Obligaron así a los iraquíes a salir de sus guaridas y fueron eliminados posteriormente con gran facilidad. Al día siguiente todavía quedaban decenas de cadáveres por las calles. Unos envueltos en bolsas y otros pudriéndose al aire bajo el sol de mediodía. Había cuerpos quemados que colgaban de automóviles y camiones destrozados y calcinados. Según los cálculos, unos 1000 iraquíes perdieron la vida en este pueblo, mientras que sólo un soldado estadounidense pereció en la operación. El árbol plantado a la entrada de Kifl, ha sido bautizado por las fuerzas estadounidenses como la Entrada al Infierno.
El ministro de salud pública iraquí, Umeed Midhat Mubarak, acusó a las tropas de la alianza de usar bombas de dispersión y uranio para asustar a los civiles y maximizar los daños. Un portavoz de la fuerza aérea británica desmintió la acusación ante la CNN declarando que sólo han usado munición de precisión.
Los antecedentes del Uranio
La ONU declaró en 1999 que el uranio empobrecido era lo suficientemente peligroso como para promover su prohibición, pero la oposición estadounidense impidió la efectividad de esta iniciativa. En octubre de 2001 una congresista demócrata de EE.UU. propuso la suspensión del uso, venta, desarrollo, producción y pruebas del uranio enriquecido hasta que se conozcan sus efectos para la salud humana pero la iniciativa fue bloqueada por el Pentágono.
El 29 de octubre de 2001, la Asamblea General de la ONU rechazó la petición de Irak de un estudio sobre los efectos del uranio empobrecido utilizado por las fuerzas militares lideradas por Estados Unidos en la segunda Guerra del Golfo. El comité de la Asamblea para el Desarme y la Seguridad Internacional había aprobado la petición iraquí un par de semanas antes, pero el lobby de Washington fue suficiente para obtener, en la Asamblea General, las 45 abstenciones necesarias para evitar el estudio.
La paradoja de la guerra legítima y limpia
Según la fundación Centro Europa- Tercer Mundo (CETIM), las 700 toneladas de uranio liberadas en Irak con 135.000 bombas (seis veces más que en Hiroshima) y los experimentos de tecnología militar han convertido a Irak en un espacio contaminado para un largo periodo. Polución, ionización y radiactividad en el aire se ha encubierto bajo la propaganda de la guerra limpia.
Con la excusa de que los efectos del uranio en la salud todavía no están suficientemente probadas, la coalición de la buena voluntad se permite la libertad de usar armas que dañan a la masa a largo plazo para localizar armas de destrucción masiva, cuya existencia ni siquiera ha sido probada.