Venezuela: asambleístas en el exilio piden apoyo a Bruselas
24 de junio de 2021"No queremos que el 2021 termine en Venezuela con un proceso de elecciones regionales que hayan tenido lugar sin condiciones, como las anteriores. Nueve millones de venezolanos de un padrón de 19 millones no tiene derecho a votar ni a inscribirse. Estamos conscientes de que unas elecciones de gobernadores no van a solucionar la grave crisis del país, pero los acuerdos parciales allanan el camino”, explica a DW Mariela Magallanes, coordinadora de los diputados de la Asamblea Nacional que están en el exilio.
Este grupo de 33 diputados, elegidos en el 2015, trabaja desde Italia, España, Bélgica, Francia y también Estados Unidos, Colombia y Costa Rica para "afirmar la visión de los demócratas: salir de esta situación a través de elecciones libres. No tenemos arma; los militares no nos apoyan”, puntualiza.
El momento es importante: se preparan las elecciones regionales y municipales de noviembre, y desde la Unión Europea se calibra la posibilidad de una misión de observación electoral. "Debemos tener la confianza de que a esa misión se la dejará realmente observar”, explicó esta semana (22,06) a la prensa Josep Borrell, Alto Representante de la Política Exterior Europea. Una primera misión técnica sería enviada en estos días al país.
"A través de la presión internacional estamos buscando una negociación integral y constitucional para lograr mínimos parámetros de una elección competitiva. Queremos un cronograma para las elecciones de gobernadores, luego las de la Asamblea nacional y, finalmente, unas presidenciales donde puedan participar los tres millones de jóvenes que aún no constan en el registro electoral”, explica, por su parte, a DW Romny Flores, elegido a la Asamblea Nacional por el partido Acción Democrática de Carabobo. "Y que los más de seis millones de venezolanos que se encuentran por el mundo también puedan votar”, agrega.
Trabajando desde el exilio
Siguiendo el plan denominado "Incidencia en el Exterior”, estos asambleístas tocan a las puertas de las instituciones europeas para recordar la importancia de que esa nueva convocatoria a las urnas sea creíble. Cabe recordar que las últimas elecciones a la nueva Asamblea Nacional no fueron avaladas por la UE. Sin embargo, al haber transcurrido el mandato de la elegida en 2015, Bruselas dejó de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino, si bien lo reconoce como líder de la oposición.
"Aunque estamos en el exilio seguimos ejerciendo nuestras funciones. Lo hacemos por convicción democrática, nadie nos paga por ello”, explica Magallanes, que en 2016, después de ocho meses refugiada en la embajada de Italia, dejó el país. "Nos mantiene activos la búsqueda de una salida para Venezuela y el deseo de regresar”, agrega la diputada por Aragua, del partido La Causa R.
"Todos tuvimos que dejar el país de manera forzada por la represión. Nos tocó albergarnos donde nos tocó. Yo salí un día de mi casa y nunca puede volver. A mi perro lo cuida una vecina. Afortunadamente, pude salir con mi familia, aunque mi hijo tuvo que dejar de estudiar para ayudar económicamente”, cuenta Magallanes, subrayando las muchas veces precarias condiciones de los migrantes y los exiliados. "No hemos dejado de ser los representantes de los venezolanos, ni de los que están fuera ni de los que están dentro del país”, enfatiza.
Una crisis que toca a Europa
Como fuere, en este grupo de asambleístas en el exilio se encuentran diputados de varios partidos que abogan por que la UE no cese en el acompañamiento al país. "No se trata de izquierdas o derechas, sino de patria y de una crisis humanitaria que también toca a Europa. Si en el 2016 en Bélgica había entre 700 y 800 venezolanos, a fecha de hoy son más de 5.000. Después de cada proceso electoral fallido, aumenta la presión migratoria”, advierte Magallanes.
Cabe recordar que, desde que la UE no reconoció a la nueva Asamblea Nacional y dispuso un nuevo paquete de sanciones, las representaciones diplomáticas, tanto en Bruselas como en Caracas, se han visto afectadas.
No obstante, que el gobierno de Nicolás Maduro haya permitido la entrada al Programa de Alimentación de Naciones Unidas (World Food Programme) se quiere ver, según fuentes europeas, como una tenue señal positiva. También en Bruselas, el tono ha evolucionado: "Preferimos tener ojos en el terreno, para poder tener una posición propia”, explicaba Borrell, anunciando el envío de la misión técnica, después de un encuentro en Turquía con el canciller venezolano, Jorge Arreaza.
En cualquier caso, los asambleístas piden el apoyo europeo para lograr una negociación de la que salga un nuevo padrón electoral. ¿A cambio de qué accedería a ello el gobierno de Caracas? "A cambio del levantamiento de sanciones”, responde Flores. "No depende de nosotros, pero sí de nuestros aliados internacionales, que deberán ser parte de la negociación. Pues estamos seguros, y eso hemos venido a dejar claro, que si se resuelve el problema político, se resuelve el social y el económico de Venezuela”, concluye.
(cp)