El sucesor de Hugo Chávez
10 de diciembre de 2012Desde hace un año y medio, cuando se confirmaron los rumores en torno a la fragilidad de la salud del presidente venezolano, Hugo Chávez, las posibles consecuencias de su muerte a corto plazo han sido objeto de especulación constante. “Su ausencia repentina daría pie a la violencia en el país porque se desconoce quién será su sucesor”, comentaba en junio de 2011 el subdirector de la Fundación Ciencia y Política (SWP) de Berlín, Günther Maihold, agregando que nuevas constelaciones de poder atizarían conflictos en todos los ámbitos.
Este sábado (8.12.2012), el propio Chávez despejó esa incógnita durante una inquietante transmisión televisiva: si él llegara a morir en el futuro cercano, será el actual vicepresidente, Nicolás Maduro, quien asuma el liderazgo de la “revolución bolivariana” en Venezuela. Pero, ¿puede la voluntad de Chávez persuadir a sus electores, a los miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), a los militares y a las milicias bolivarianas de aceptar a Maduro como el garante de la continuidad del proyecto político chavista?
Según Leslie Wehner, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS) de Hamburgo, adscrito al Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), el delfín de Chávez tiene tiempo suficiente para resolver las pugnas internas del partido oficialista y establecer vínculos con las facciones que tienen poder de veto dentro del chavismo. No obstante, este experto coincide con otros analistas entrevistados por Deutsche Welle en que el gran desafío de Maduro será ganarse la lealtad de las Fuerzas Armadas.
La esperada transferencia de liderazgo
“Si no me equivoco, de los veintitrés candidatos del chavismo que participarán en las elecciones regionales del próximo domingo (16.12.2012), doce son militares jubilados. No todos los miembros del PSUV están contentos con esta situación, que habla volúmenes sobre la injerencia del sector castrense en la política venezolana. Maduro no es un militar, pero Chávez quiere fortalecer su posición y darle un mayor grado de influencia sobre las Fuerzas Armadas”, comenta Nikolaus Werz, profesor de Política Comparada en la Universidad de Rostock y conocedor del acontecer venezolano.
“Nunca se sabe cómo responderán los militares a una transición política como la que se está dando en Venezuela“, señala Manuel Silva-Ferrer, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín y del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco), en la Universidad Central de Venezuela. A sus ojos, entender lo que sucede en el país suramericano pasa por comprender lo que ha ocurrido en Cuba en los últimos años. “Después de todo, a Chávez lo asesora Fidel Castro”, acota el especialista caraqueño.
“Los cambios en el entorno de Chávez me recuerdan mucho a los que tuvieron lugar en Cuba, cuando un Fidel físicamente debilitado le traspasó el poder a su hermano Raúl. En ambos casos se trata de perpetuar el sistema erigido propiciando una transición controlada, una transferencia de liderazgo; pero no tras la muerte del caudillo –como se intentó hacer en Argentina cuando falleció Juan Domingo Perón (1895-1974), o en Venezuela, cuando murió Juan Vicente Gómez (1857-1935)–, sino mientras el caudillo sigue con vida”, explica Silva-Ferrer.
¿Qué tan enfermo está el presidente?
Uno de los problemas que ocasiona la tendencia al secretismo de Chávez y de quienes lo rodean es que favorece la circulación de habladurías, unas más verosímiles que otras. Algunos creen que el presidente venezolano no se está tratando de enfermedad alguna en Cuba, sino catalizando emociones desde la isla antillana para impulsar las candidaturas chavistas, de cara a los comicios regionales del 16 de diciembre, e interviniendo en las negociaciones entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno colombiano.
“¡Esos son rumores!”, responde Wehner. “Yo no sé si la empatía que Chávez despierta por estar enfermo puede redundar a favor de sus correligionarios en las elecciones regionales. Y en lo que respecta a las conversaciones de paz en Cuba, tanto Chile como Venezuela forman parte de ese proceso. Pero por más injerencia que Chávez pueda tener sobre el grupo guerrillero, ni los colombianos ni los mediadores noruegos van a tolerar manipulaciones orquestadas por Venezuela”, añade el especialista del ILAS.
Silva-Ferrer tampoco pone en duda las dolencias del jefe de Estado venezolano. “El cuadro clínico de Chávez debe ser muy dramático para que él haya volado abruptamente de La Habana a Caracas el sábado (8.12.2012) y organizado una alocución en donde predominaron las caras de angustia y el tono sepulcral. Ese mensaje tenía dos destinatarios: las ocho millones de personas que reeligieron a Chávez como presidente el pasado 7 de octubre, contando con que estaba sano, y los actores políticos en torno al chavismo. Palabras más, palabras menos, el mensaje rezaba: ‘Si ustedes siguen mis directrices, Maduro velará por la continuidad cuando yo desaparezca’ ”, resume Silva-Ferrer.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Cristina Papaleo