Venezuela: la crisis que todo lo abarca
11 de mayo de 2017DW: La última serie de protestas contra el presidente Nicolás Maduro se extiende ya por casi dos meses. ¿Cuál es el estado de ánimo de la gente?
Iván Reyes: La esperanza de que el cambio esté cerca da fuerza a los manifestantes. Están indignados y frustrados, y dicen que marcharán cuantas veces sea necesario para demostrarle a Maduro que no aceptarán más su forma de gobernar. Pero ese espíritu rebelde desaparece cuando uno oye el sonido de las balas o le entra gas lacrimógeno a los ojos.
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Cada día veo escenas emotivas. No se trata solo de jóvenes rebelándose contra el sistema. Familias enteras, grupos de universitarios o de compañeros de trabajo, gente mayor y hasta discapacitados toman parte en las marchas. El número de manifestantes ya es muy grande. Todos quieren lo mismo: un cambio.
¿Ha cambiado algo hasta ahora en Venezuela?
Se mantiene el principal objetivo, sacar al gobierno socialista e instalar la democracia. No obstante, no consideraría a las actuales protestas como una continuación de los disturbios de 2014. A diferencia de hoy, entonces no había una oposición y los actos eran más bien desorganizados. Lo que persiste es el descontento, que ha ido creciendo. Ha habido 15 protestas masivas en abril y mayo, algo sin precedentes en la historia de Venezuela.
Estamos viviendo ahora una verdadera crisis. Hace tres años, la gente no moría por causa de la desnutrición o la falta de medicamentos. Usted puede haber visto a medios tradicionales reportando desde las calles, pero hoy en día la prensa está bajo presión.
Más de 1.000 personas han sido arrestadas y casi 40 han muertos en las protestas. ¿No disuade eso de salir a la calle?
No, actualmente genera más tenacidad. Uno puede sentir la determinación de resolver el asunto de una vez por todas. La gente no se dispersa con tanta facilidad. Pero, desde luego, el miedo está omnipresente, porque todos se han dado cuenta de que la Policía y la Guardia Nacional no solo están ahí para dispersar, sino que también pueden hacer daño. La forma en que usan el gas lacrimógeno fácilmente puede matar a una persona.
De todos modos, la violencia parece haber ido escalando en ambos bandos, especialmente desde que han salido a la calle grupos enmascarados.
Creo que los manifestantes son bastante pacíficos y pregonan la no-violencia, si bien eso se ha vuelto imposible. Lo que yo veo todos los días son personas con banderas, pancartas, silbatos y esperanzas de un mañana mejor. Pero sí, algunos grupos participan en disturbios. Usan piedras y hasta hacen cocteles mólotov para lanzarlos contra las fuerzas gubernamentales. Es una batalla que desgraciadamente no pueden ganar. Solo el Gobierno tiene los recursos para seguir luchando.
¿Por qué son las Fuerzas Armadas tan leales al régimen de Maduro?
Algunos oficiales de alto rango tienen acceso a alimentos, viviendas, vehículos e incluso a salarios superiores al promedio, pero eso no es muy común. En realidad, muchos de los que entran a la Policía o la Guardia Nacional vienen de sectores muy pobres, y ven en ese trabajo una forma de superar su situación.
En estos momentos de crisis política y económica, ¿cómo es la vida diaria en Caracas?
La gente hace cualquier cosa para sobrevivir, vende helados, agua, cigarrillos o comida en la calle, pero el hambre está por todos lados, hay largas colas para comprar pan… Hay quienes siguen su vida normal pese a todo lo que ocurre, pero no son muchos hoy en día. Ir al cine o al teatro se ha convertido en un ejercicio de escapismo de la realidad. Desde que hay disturbios a diario, el gobierno cierra calles, avenidas, carreteras y hasta el Metro, lo que cambia por completo la dinámica de toda la sociedad. Por mucho que alguien no quiera verse envuelto en las protestas, termina siendo afectado de una u otra manera.
El periodista Iván Reyes trabaja para Efecto Cocuyo, un periódico venezolano independiente.
Autor: Jan Tomes (ERS/DZC)