Venezuela: la diversión, la única manera de escapar de los problemas cotidianos
Cortes de electricidad, carencia de alimentos y medicamentos: la crisis ha vaciado los bolsillos de la mayoría de los venezolanos. Sin embargo, muchos intentan escapar del caos mediante pequeños momentos de diversión.
Fotos para el recuerdo
Más de tres millones de venezolanos ya han abandonado su país debido a la crisis económica y política. En su tiempo libre, los momentos de diversión con amigos y familiares les pueden hacer olvidar las preocupaciones. En la imagen, unas jóvenes tomándose fotos.
Dejarse llevar por el mar
El mar Caribe es un destino popular para los capitalinos durante los fines de semana. En la actualidad, sin embargo, los viajes solo son asequibles para unos pocos. Viajar por un día a la playa cuesta entre 15 y 20 dólares. El salario mínimo mensual asciende a 6 dólares.
Tomando distancia de lo que sucede en el país
En el pasado, Leonel Martínez (centro) conducía regularmente los 40 kilómetros de Caracas a la playa. Este viaje a La Guaira con su novia y su familia es el primero en un año. "Debido a la situación en el país, no se puede hacer esto todos los días", dice el soldado de 26 años. "Es una manera de pensar en otras cosas y no solo en lo que está pasando en el país", explica.
Unidos por el deporte
En Caracas, un grupo de hombres se reúne los domingos para jugar al softbol. Sus familias son los espectadores del partido. "Hace mucho tiempo, nos íbamos a tomar unas cervecitas después", dice uno de los jugadores, "pero ahora sale demasiado caro". Por la noche ya no pueden jugar, porque los focos fueron robados en la cancha. Lo mismo sucedió con la alambrada que cercaba el terreno de juego.
Bailando para huir de la crisis
A pocas cuadras de distancia, unos jóvenes practican breakdance. "Cuando bailamos, no pensamos en el estado del país", dice Yeafersonth Manrique (foto). "No hay crisis en este mundo", opina. Pero algunos de los bailarines reconocen que últimamente no han comido bastante y no pueden aguantar bailando tanto como lo hacían antes.
Orgullosa de su título universitario
Génesis González se deja fotografiar en el mirador Valle Arriba. Acaba de graduarse en psicología, explica su padre Rafael. "Tenemos que celebrar cosas así a pesar de los tiempos difíciles", dice.
"Dale, dale..."
Las fiestas hay que celebrarlas hasta caer todos rendidos. En una celebración de cumpleaños infantil no puede faltar la piñata rellena de dulces y regalos. Pero, antes, hay que romperla a golpes. El resto de los invitados canta y anima a la niña.
Todo tiene un precio
Jóvenes echando cometas al cielo. Las hacen ellos mismos con bolsas de plástico, palos y cordón. Ni siquiera este pequeño placer es gratis. El hilo cuesta 10.000 bolívares, dice uno de los jóvenes. Eso equivale a alrededor de 3 dólares estadounidenses.