UE y países latinoamericanos buscan solución para Venezuela
6 de febrero de 2019El "Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela" celebrará su primer encuentro este jueves en Montevideo. No es el primer esfuerzo multilateral para abordar la actual crisis económica, política y humanitaria de Venezuela, pero es, sin duda, el primero en reunir a países con perspectivas tan radicalmente diferentes sobre lo que debería hacer la comunidad internacional.
Dicha cumbre fue convocada después de que el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se autoproclamara presidente interino del país. Esa medida obligó a los gobiernos de todo el mundo a apoyar a uno u otro líder, lo que ha originado profundas diferencias, también entre los países latinoamericanos.
Haciendo lo imposible para evitar el rechazo a Maduro
Uruguay y México han sido fuertemente criticados por no apoyar a Guaidó en medio de los cuestionamientos sobre la legitimidad democrática de Maduro. El presidente mexicano, Manuel López Obrador, y su homólogo uruguayo, Tabaré Vásquez, han evitado reconocer al gobierno interino de Venezuela y, en cambio, han instado al diálogo.
La lista de participantes en la cita, que se lleva a cabo por iniciativa de la UE, ya es notable debido a las ausencias. Países como Colombia, Argentina y Brasil, con líderes que se oponen firmemente a Nicolás Maduro y que han respaldado a Guaidó, no estarán en Montevideo. Otra figura muy influyente, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció que la organizacón no participará en este ni en ningún otro grupo para debatir sobre la situación en Venezuela, por ahora. Teniendo en cuenta que se trata de hacer un esfuerzo para lograr consenso, la falta de asistencia de destacadas personalidades del mundo político latinoamericano probablemente cuestionará la legitimidad de la reunión o, peor aún, su relevancia.
Una alternativa al "Grupo de Lima”
El "Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela” no es la primera plataforma con líderes latinoamericanos, donde se debate la situación venezolana. En 2017, se creó en Perú el "Grupo de Lima”, formado por representantes de 14 países, para tratar el mismo asunto. Este ha denunciado sistemáticamente la ruptura del orden constitucional en Venezuela, exigiendo la liberación de los presos políticos y pidiendo elecciones libres. Después de la autoproclamación de Guaidó, 11 de los 14 países firmaron una declaración común rechazando al gobierno de Maduro. México, por su parte, se abstuvo de firmar dicho documento. Ahora es México el que está haciendo presión, fuera del "Grupo de Lima”, para encontrar una solución a la crisis en Venezuela, sin rechazar formalmente al gobierno de Nicolás Maduro.
¿Una cuestión de derecha o de izquierda?
Una de las posibles explicaciones del cambio de posición de México, es la llegada al poder de un nuevo gobierno. Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre de 2018, comparte puntos de vista políticos más en línea con el gobierno socialista de Venezuela que su antecesor, Enrique Peña Nieto. De ahí, su decisión de apostar por un enfoque más moderado e instar al diálogo. El nuevo líder mexicano llega en un buen momento para Maduro. En los últimos años, Venezuela ha visto cómo los partidos de izquierda en Chile, Argentina, Brasil y, hasta cierto punto, en Ecuador, han perdido poder ante gobiernos más orientados hacia la derecha. Esto también ha supuesto para Maduro la pérdida de aliados clave en la región. Los países que solían respaldar a Maduro son ahora algunos de sus oponentes más acérrimos.
Inconsistencias dentro de la UE
El papel de la Unión Europea no está exento de contradicciones internas. Mientras que países como España y Alemania han respaldado públicamente a Juan Guaidó, reconociéndolo como presidente interino de Venezuela, la UE en su totalidad no ha adoptado aún una posición común al respecto. La UE tendrá una fuerte representación este jueves en la reunión con la alta representante de Asuntos Exteriores, Federica Morgherini, copresidiendo el evento. Sin embargo, la comunidad internacional probablemente exigirá una posición oficial de la Comisión Europea, de la cual ella es vicepresidenta.
La apuesta por el diálogo para resolver la muy compleja situación de Venezuela, ha fracasado muchas veces. Con líderes fuertes, que respaldan por primera vez públicamente a un líder de la oposición, es cada vez es más difícil tratar de mediar entre las partes sin rechazar formalmente a Nicolás Maduro. El objetivo de la reunión del jueves es "establecer las condiciones para que haya un proceso político pacífico que permita a los venezolanos decidir su propio futuro a través de elecciones libres, transparentes y fiables". Pero para lograrlo, los participantes primero tendrán que encontrar un terreno común, a pesar de sus propias diferencias políticas.
(rmr/er)
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