Ventaja de Trump inquieta a América Latina
9 de noviembre de 2016Este miércoles (9.11.2016), a medida que aumentaba la probabilidad de que el candidato presidencial republicano, Donald Trump, ganara las elecciones en Estados Unidos, crecía también la preocupación en América Latina por las posibles repercusiones del fracaso de su rival, la demócrata Hillary Clinton. Los pocos comentarios que ofreció la clase política de la región antes de confirmarse el triunfo del uno o el otro dejaban entrever las distintas caras de la inquietud imperante; desde el optimismo artificioso hasta el franco desasosiego, pasando por la silenciosa espera de un milagro de última hora. Como muestra, un botón o dos:
Desde México hasta Chile…
El líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que no había razón para sobresaltarse por el resultado de los comicios estadounidenses. En un mensaje audiovisual difundido vía YouTube y dirigido "a todo el pueblo de México”, López Obrador subrayó que "no va a haber mayores problemas”, gane quien gane, porque México "es un país libre, independiente y soberano; no es una colonia, no es un protectorado, no depende de ningún Gobierno extranjero”. El político izquierdista agregó: "vamos a hacer valer nuestros derechos a la soberanía y la independencia”.
Su visión de la situación contrasta, sin embargo, con los efectos que de facto tuvo sobre el valor de la moneda mexicana la sola idea de que Trump pudiera ganar las elecciones presidenciales de Estados Unidos: el peso se desplomó contra el dólar y tocó un nuevo mínimo histórico, después de que se dieran a conocer los primeros resultados de los comicios: el dólar se cotizaba a 18,5089 pesos hasta el cierre oficial del Banco de México, pero terminó alcanzando los 20,51 pesos, su máximo histórico; una depreciación de casi 11 por ciento. Los argumentos del ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz, tenían otro tono…
…pasando por Cuba…
"Evidentemente, el resultado no será indiferente para la política internacional, y por eso es que hay tanta expectativa, porque ésta es una elección polarizada, con opciones muy claras y diferentes. Hay diferencias en materia de migración, comercio internacional, seguridad nuclear y respecto al proceso de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba”, explicó Muñoz. En La Habana, la reacción de los Castro se hizo esperar; pero, en la calle, los cubanos ya se habían pronunciado horas antes de que se dieran a conocer los resultados de la votación en Estados Unidos. Ellos parecían contemplar el desenlace con una mezcla de calma y esperanza.
Aunque el deseo de que el ganador –cualquiera que sea– siga la senda del acercamiento bilateral iniciada por el presidente Barack Obama es muy grande, está claro que, hasta ahora, sólo Hillary Clinton ha apostado por la continuidad de ese proyecto. Si Trump asume la jefatura del Gobierno y, además, los republicanos conservan su mayoría en el Congreso, la reconciliación entre Washington y La Habana podría peligrar. Por ejemplo, el senador republicano por Florida, Marco Rubio, quien fue reelegido este 8 de noviembre, ha sido un crítico acérrimo de la política de acercamientos con Cuba del presidente Barack Obama.
El Gobierno venezolano: sin comentarios
De ahí que muchos cubanos hayan dicho confiar en "la Clinton” y cruzado los dedos por su victoria. En el mismo mar Caribe, pero más hacia el sur, en Venezuela, la prensa siguió de cerca el proceso electoral en el marco de un encuentro organizado por la embajada estadounidense en un hotel de Caracas. Tanto al Gobierno como a la oposición de ese país le incumbe directamente quien asuma las riendas de la Casa Blanca. No obstante, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que no se adelantaría a hacer comentarios sobre candidato alguno, subrayando que esas elecciones eran un asunto exclusivo de los estadounidenses.
Maduro prefirió omitir que Estados Unidos y Venezuela han tenido una relación muy tensa durante la última década por acusaciones de conspiración e injerencia emitidas en Caracas y por señalamientos de totalitarismo y corrupción hechos desde Washington. Washington mantiene vigente un decreto que describe a Venezuela como una "amenaza inusual” para su seguridad nacional. Eso y las imputaciones por narcotráfico que penden sobre varios altos funcionarios del Gobierno y las Fuerzas Armadas venezolanas son algunos de los puntos más álgidos en la polémica entre ambos países.
ERC ( EFE / dpa )