Viajar por Alemania sin fronteras: las atracciones turísticas más bellas
Desde la caída del Muro de Berlín en 1989, los turistas pueden volver a viajar por Alemania y visitar los lugares más bellos del este y del oeste, del norte y del sur. Y sin fronteras.
Puerta de Brandeburgo, Berlín
Durante décadas no se pudo visitar la Puerta de Brandeburgo, en la franja fronteriza de la RDA y junto al Muro de Berlín. Estaba siempre vigilada. Cuando cayó el Muro, en 1989, la gente de Berlín este y oeste acudió en masa para celebrar allí la libertad. ¡El símbolo de la división se convirtió en el de la reunificación! Es la única puerta que queda en la ciudad de Berlín.
La Puerta de Holsten en Lübeck, Schleswig-Holstein
Es la puerta de ciudad más famosa de Alemania. La Puerta Holsten es el símbolo y la joya del casco antiguo medieval de Lübeck. Era inaccesible para los ciudadanos de la RDA, porque estaba tras la Cortina de Hierro. A partir de la caída del Muro de Berlín, llegó la libertad de viajar y, con ella, la posibilidad de contemplar sin restricciones todo el patrimonio cultural alemán en toda su belleza.
La Iglesia de Nuestra Señora en Dresde, Sajonia
Para muchos habitantes de Dresde era una herida abierta: su Iglesia de Nuestra Señora se hundió en las llamas de la Segunda Guerra Mundial y nunca fue reconstruida. En la RDA, las ruinas eran consideradas como un monumento contra la guerra. Cuando en 1989 cayó el Muro de Berlín, se fundó una iniciativa ciudadana comprometida con su reconstrucción. En 2005 se reabrió la nueva "Frauenkirche".
Catedral de Colonia, Renania del Norte-Westfalia
En Desdre tienen la Iglesia de Nuestra Señora y en Colonia la catedral, situada en el extremo occidental de Alemania, en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Con 157 metros de altura, la catedral gótica es la tercera iglesia más grande del mundo. Aunque la ciudad de Colonia sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial, el edificio salió milagrosamente ileso.
Quedlinburg, Sajonia-Anhalt
De vuelta al este de Alemania. Quedlinburg es una joya de la Edad Media por sus numerosas casas con entramado de madera. En la RDA, faltaba dinero y materiales para restaurar las casas. Con la reunificación se inició un importante programa de reestructuración en el este del país. Quedlinburg también se benefició de ello. La ciudad es ahora Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Rotemburgo ob der Tauber, Baviera
Es la contraparte de Quedlinburg en Alemania occidental: Rotemburgo ob der Tauber es un imán para los visitantes, sobre todo, de EE. UU. y Asia .Con sus numerosas casas con entramado de madera, torres y puertas, la Edad Media parece seguir viva. La muralla de la ciudad se ha conservado íntegramente. Bordeándola, los visitantes pueden visitar el casco antiguo.
Palacio de Sanssouci en Potsdam, Brandeburgo
El pequeño castillo rococó forma parte del paisaje palaciego de los gobernantes prusianos en Berlín y sus alrededores. El conjunto estaba dividido por una muralla: una parte estaba en el este y la otra en el oeste. Desde hace 35 años vuelve a ser un solo recinto. Este pequeño palacio de verano fue construido como refugio por el rey prusiano Federico el Grande en el siglo XVIII.
Castillo de Neuschwanstein, Baviera
Este retiro es un poco más grande. Neuschwanstein fue construido por Luis II en 1869. A diferencia del rey de Prusia, al rey bávaro se le consideraba débil para gobernar y derrochador. Sus diversos proyectos con castillos vaciaron las arcas y, por lo tanto, fue destituido de su cargo.
Weimar, Turingia
Alrededor de 1800, la pequeña ciudad de Weimar era el centro intelectual de Alemania y de toda Europa por los numerosos poetas y pensadores que trabajaban allí, como Goethe y Schiller. Después de 1989, los alemanes occidentales pudieron volver a visitar Weimar sin tener que solicitarlo, sin controles de pasaportes ni de equipajes.
Ciudad universitaria de Tubinga, Baden-Würtemberg
Tubinga, situada en el suroeste de Alemania, debe su reputación nacional a esta universidad, fundada en 1477. Aquí han estudiado y trabajado personas célebres, entre ellos, Kepler, Hegel y Schelling. El poeta Friedrich Hölderlin también estudió en Tubinga y pasó aquí los últimos años de su vida.
Las montañas de arenisca del Elba, Sajonia
Este es sin duda el paisaje montañoso y fluvial más bello del este de Alemania: las montañas de arenisca del Elba, también conocidas como la Suiza sajona. El pintoresco paisaje comienza justo detrás de Dresde, con rocas y montañas a ambos lados del Elba. No se limita a las fronteras nacionales, sino que se extiende hasta la República Checa.
El Rin romántico, Renania-Pfalz
El Rin romántico, el tramo del río entre Bingen y Coblenza, merece este nombre. A lo largo de sólo 60 kilómetros, numerosos castillos, viñedos y pequeños pueblos se disputan la atención de los visitantes. No sólo lo visitan turistas de todo el mundo, sino, desde hace 35 años, también los alemanes de toda Alemania tras convertirse de nuevo, por fin, en un solo país.