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Viaje de Merkel a EE.UU.: tiempo de caricias transatlánticas

Ralf Bosen
12 de julio de 2021

Las relaciones transatlánticas se deterioraron durante el gobierno de Trump. El actual presidente Biden y la canciller Merkel quieren darles nuevo impulso en una reunión en la Casa Blanca, a pesar de ciertas diferencias.

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Angela Merkel y Joe Biden.

Aún queda algo de tiempo para que la canciller alemana, Angela Merkel, inicie su gran viaje diplomático al exterior, cruzando el Atlántico, hacia Estados Unidos. El presidente de ese país, Joe Biden, la invitó a la Casa Blanca. Alemania y Estados Unidos quieren un nuevo acercamiento, luego de que el expresidente Donald Trump pisoteara la alianza y ofendiera a los aliados.

El "retorno a la armonía transatlántica” tiene gran significancia, y eso se ve también en el hecho de que Merkel apenas viajó durante la pandemia, y solo lo hizo cuando hubo grandes cumbres. La amenaza del coronavirus seguirá marcando la agenda, así como el cambio climático, el bienestar económico y la seguridad internacional "sobre la base de nuestros valores democráticos conjuntos”. Sin embargo, no será solo una visita de trabajo.

¿Facilidades de ingreso a EE. UU.?

"Angela Merkel se encuentra en la última etapa de su gobierno. Por eso, su viaje tiene la dimensión de una visita de despedida. Y los estadounidenses miran, naturalmente, hacia el vacío que dejará la canciller alemana”, dijo a DW el experto en relaciones transatlánticas Markus Kaim, de la Fundación Ciencia y Política de Berlín (SWP, por sus siglas en alemán).

Por lo tanto, las posibilidades de Merkel en cuanto a configurar la política son limitadas. Para la canciller será difícil "demarcar territorio”. El analista opina que ya no habrá decisiones programáticas, sino más bien pequeños cambios en las relaciones germano-estadounidenses.

"Una mejora que esperan todos es que los viajeros de la zona Schengen puedan volver a ingresar a Estados Unidos. Entre ellos, no solo una gran cantidad de turistas, sino también muchas empresas. Con eso, el gobierno de Biden podría endulzar un poco la despedida de Merkel”, explica Kaim.

Angela Merkel y Joe Biden durante la cumbre del G7 en Cornwall, Inglaterra. (12.06.2021).
Angela Merkel y Joe Biden durante la cumbre del G7 en Cornwall, Inglaterra. (12.06.2021).Imagen: Guido Bergmann/Bundesregierung/REUTERS

Gasoducto envenena las relaciones

De camino hacia una nueva armonía transatlántica, sin embargo, todavía hay piedras con las que se podría tropezar. Por ejemplo, la demanda de EE. UU. de un aumento del gasto armamentístico de Alemania en el marco de la OTAN, así como un mayor compromiso general de Alemania en crisis internacionales, también en lo militar. Especialmente el gasoducto Nord Stream 2, que abastecerá de más cantidad de gas ruso a Alemania, envenenó las relaciones. Biden considera, al igual que lo hizo Trump, que el gasoducto es una muestra de deslealtad hacia EE. UU. Y teme que así aumente la dependencia de Moscú de Alemania y Europa, pudiendo perjudicar a Ucrania, país de tránsito de gas.

Tampoco contra la pandemia lucharon Alemania y Estados Unidos codo a codo, sino que compitieron por la compra de mascarillas protectoras y dosis de vacunas. La amistad es otra cosa.

El gasoducto Nord Stream 2, que proveerá de gas ruso a Alemania, es motivo de conflicto con EE. UU.
El gasoducto Nord Stream 2, que proveerá de gas ruso a Alemania, es motivo de conflicto con EE. UU.Imagen: Axel Schmidt/Nord Stream 2

Conflictos en segundo plano 

Para el experto en Relaciones Exteriores del Partido Demócrata Liberal  alemán (FDP), Alexander Graf Lambsdorff, las relaciones con China son un gran obstáculo en la era post Trump: "El Gobierno alemán es visto en Washington de manera preponderantemente crítica. La política exterior de la canciller Merkel hacia China, basada casi únicamente en cuestiones económicas, provoca enfado en Washington. Alemania también es considerada poco confiable con respecto a Rusia, especialmente el gasoducto Nord Stream 2 es visto por todos los partidos como un grave error”, escribió a DW el jefe de la fracción del FDP en el Parlamento alemán.

Visto de manera, Estados Unidos y Alemania no son actualmente en absoluto los mejores amigos. Mucho más, se trata de dos socios políticos con intereses superpuestos. Sin embargo, es poco probable que Merkel y Biden permitan que los puntos de conflicto existentes empañen las relaciones entre ambos países.

Más bien parece ser que estos podrían ser barridos bajo la alfombra, ya que, justamente en tiempos de cambios geopolíticos, EE. UU. tiene un interés vital en un socio europeo estable e influyente. Por eso, para el experto del FDP, el alto valor de la sociedad bilateral con Alemania no es puesto en cuestión por ese país.

La canciller alemana, Angela Merkel, hace una última visita de gobierno a EE. UU.
La canciller alemana, Angela Merkel, hace una última visita de gobierno a EE. UU.Imagen: John MacDougall/Pool Photo via AP/picture alliance

Alfombra roja para Merkel en EE. UU.

La reunión Merkel-Biden del 15 de julio en la Casa Blanca será, con toda probabilidad, un encuentro de gestos amistosos y palabras cálidas. Una señal de la renovación de las relaciones bilaterales. El "EE. UU. primero” de Trump se transformará en el "EE. UU. está de vuelta” de Biden. Y Washington ya envió señales de ello. Durante su primera visita a Berlín, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, resaltó la enorme importancia de Alemania para su país: "Los Estados Unidos no tienen mejor socio ni mejor amigo que Alemania”, dijo, a fines de junio.

Biden también se refirió a Merkel con palabras amables al margen de la cumbre del G7, a mitades de junio, en Cornwall. Dijo que es una "magnífica jefa de Estado” y señaló delante de otros jefes de Gobierno que la canciller alemana "es la jefa de Gobierno que más admiro en Europa”, según contó en un videoclip en su cuenta de Instagram.

Y también tuiteó: "Los lazos entre nuestros dos países son más fuertes que nunca, y me alegro de darle la bienvenida el mes próximo en la Casa Blanca, para proseguir nuestra tarea”. Así, Estados Unidos ya desenrolló la alfombra roja para la canciller alemana. Es tiempo de caricias transatlánticas.

(cp/ers)