Con las crecientes provocaciones chinas en el mar de Filipinas Occidental, sus Estados limítrofes se están acercando. El mandatario chino, Xi Jinping, tiene desde hace varios años su mirada puesta en esta región, que Pekín llama mar de China Meridional: su objetivo es utilizar la Marina china para poner bajo su control las aguas y los derechos marítimos asociados.
Manila, en particular, no está de acuerdo con esto y puede citar a su favor un fallo del máximo tribunal de arbitraje de La Haya. Pero a Pekín no le importa mucho el derecho internacional si interfiere con los intereses de Xi.
Por eso, la Marina china lleva años intentando alejar a los barcos que se mueven libremente por ese mar, enfrentándose incluso repetida e intencionadamente con la Armada de Filipinas.Además, Pekín ha hecho construir y militarizar islas artificiales, hecho que también persigue el objetivo de infundir miedo a las fragatas de países occidentales que, de forma totalmente legal, navegan por esas aguas.
Entre Pekín y Washington
Esto ha unido a los Estados ribereños del Pacífico occidental, algunos de los cuales están en disputa entre sí sobre los límites exactos de su territorio marítimo, y está conduciendo cada vez más a acciones concertadas y compromisos militares conjuntos.
Los líderes políticos de Filipinas, Taiwán, Brunéi, Indonesia y Vietnam no se hacen ilusiones: ninguno de estos países puede prescindir de sus vínculos económicos con la República Popular China. Al mismo tiempo, todos (no sólo los Estados que bordean el mar de Filipinas Occidental, sino también la India, Tailandia, Corea del Sur y Japón, entre otros) buscan la cercanía con Washington como parte de su política de seguridad.
El Gobierno de Joe Biden ha fortalecido todas las alianzas estadounidenses en la región durante los últimos tres años y medio. Por ejemplo, a petición de Filipinas, se están construyendo cuatro nuevas bases estadounidenses en el país para poder reaccionar rápidamente, en caso necesario, ante un ataque chino. El presidente estadounidense visitó Vietnam el año pasado y elevó la cooperación en materia de seguridad con ese país a una "asociación estratégica integral".
Pero Washington también ha comprendido y aprendido en estos tres años que los actores de la región deben poder reaccionar, en la medida de lo posible sin la coordinación de Estados Unidos, ante las provocaciones chinas o incluso ante un ataque chino.
Acuerdos bilaterales en lugar de "OTAN del Pacífico”
Washington mantiene alianzas militares de un tipo u otro con casi todos los países de Asia. Sin embargo, no habrá al otro lado del mundo una gran alianza como la OTAN, la alianza atlántica. Más bien, las fuerzas de la región están trabajando cada vez más juntas.
Recientemente, Vietnam y Filipinas han iniciado una cooperación más profunda en este sentido, que muestra cómo las potencias medianas pueden trabajar juntas en el futuro. Aunque Vietnam tiene ahora el estatus de aliado cercano de Estados Unidos, Hanói no se ha quedado sentado, sintiéndose seguro, sino que se ha acercado a Manila para unirse contra la agresión de China.
¿El fin de EE. UU. como "policía mundial”?
Actualmente hay mucha discusión sobre las potencias medias y su papel en el mundo, especialmente con respecto al comportamiento de naciones como Brasil e India en respuesta a la agresión bélica de Rusia contra Ucrania.
Otro ejemplo de 2011 puede ilustrar cómo entender la profesionalización de este desarrollo: Estados Unidos era en ese año la única superpotencia en pie, con el mayor Ejército y la mayor economía del mundo. Pero para capturar a su archienemigo, Osama bin Laden, necesitó la confianza y el conocimiento de Pakistán.
En este sentido, habrá en el futuro potencias medias regionales que se coordinarán, en determinadas circunstancias, con o sin la ayuda o mediación de EE. UU. No hay por qué confiar en que EE. UU. siga ejerciendo de "policía mundial", como se le ha criticado y se le sigue criticando a menudo, queriendo e intentando efectivamente arreglarlo todo. Por lo tanto, corresponde a países como Vietnam y Filipinas cuidar sus relaciones mutuas en función de las circunstancias y no limitarse a hacer anuncios.
(rml/ers)