Casa Bach en Eisenach
26 de abril de 2012“Uno de los primeros objetos de exposición que quisiera mostrarles es la puerta de la Escuela Thomas de Leipzig, donde Bach trabajó 27 años como cantor”, cuenta Uwe Fischer. “Para muchos de nuestros visitantes es muy importante atravesar el umbral, que ya atravesó Johann Sebastian Bach.”
Igual que hace más de cien años, el grupo de visitantes escucha atentamente al guía de museo que comienza con un viaje por el tiempo al mundo de Bach. El compositor, músico y cantor pasó sus primeros diez años de vida en el famoso coro Thomas de Leipzig en Eisenach. Al contrario de lo que muchos visitantes creen, este talentoso músico no nació en la Casa Bach, como admite el director del museo, el doctor Jörg Hansen. “20 años después de la apertura descubrimos en las actas de impuestos que la casa de nacimiento de Bach ya se demolió. Se encontraba 100 metros más lejos.”
Violín-trompeta, teclado eléctrico barroco y órgano obra maestra
Aunque Bach nunca vivió en esta casa burguesa del siglo XV, la exposición no es menos valiosa. Cariñosamente el museo ha reunido diferentes objetos como notas, escrituras, instrumentos de música como un violín-trompeta o un acordeón de vidrio y también reconstruyó el estudio de Bach, su dormitorio y su cuarto de estar. Además, en el cuarto de los instrumentos del museo el visitante puede sumergirse en el mundo de la música del siglo XVII.
En un órgano, un clave, una espineta o en un clavicordio el responsable de los instrumentos, Uwe Fischer, ofrece muestras musicales de la obra de Bach. Cuenta que el músico prefirió tocar el clavicordio, que para él fue el mejor instrumento de ensayo y para el entretenimiento privado. “Este instrumento no era muy ruidoso y por eso no molestaba mucho a los vecinos”, explica Fischer, “y además tan solo pesaba 15 kilos por lo que Bach se lo podía llevar muy bien de viaje. Fue una especie de teclado eléctrico del barroco.”
La Casa Bach está orgullosa de la adquisición más reciente: un órgano barroco de Turingia de 1650. El director de la Casa, Hansen, encontró la pieza en Internet en una casa de subastas de Baviera y se esmeró en conseguirla; hasta entonces la Casa no había poseído ningún órgano de Turingia. “La pregunta es si Bach conocía el instrumento”, dice. “Quisiéramos creerlo, porque en este caso el órgano pertenecía a los grupos más cercanos de Johann Sebastian Bach y es un sentimiento bonito tener un órgano como éste en la Casa.”
Fuelles animados y piezas musicales transitables
Ya en vida, Johann Sebastian Bach gozaba de una reputación excelente. Trabajaba como organista en iglesias y cortes, vistió el oficio máximo de músico en la corte y finalmente trabajó como cantor de Thomas en Leipzig. El rector de la Escuela de Thomas, Johann Matthias Gesner, en aquel entonces hablaba entusiasmadamente de su colega: “¡Si pudieras ver a Bach como toca el piano con ambas manos y todos los dedos, al instrumento máximo, como los incontables silbatos y fuelles se llenan de vida, como sus pies recorren a toda prisa los pedales y sus manos los teclados, el ritmo atraviesa todo su cuerpo!”
Bach legó al mundo una obra de dimensiones de infinita inspiración: sus coros, obras para órgano y sobre todo la "Pasión, según Mateo" que siguen teniendo éxito hasta nuetros días. La Casa de Bach ya ha sido ampliada con un anexo moderno para poder presentarle la obra a los visitantes de una manera contemporánea. Ahí se albergan, entre otras cosas, las “piezas musicales transitables”. En un cuarto oscuro se presenta una película en una pantalla de 180 grados con un lema musical y en el fondo suena música de órgano de Bach.
El regreso de Bach durante el romanticismo
La película más reciente muestra la "Pasión, según Mateo" como una cinta taquillera, dirigida por el coloniense Christoph Spering, galardonado con el premio alemán Echo, que presentó esta obra conocida en la versión de Mendelssohn. En 1829 Felix Mendelssohn Bartholdy, con apenas 20 años de edad, presentó en Berlín su interpretación musical de la obra maestra de Bach en presencia del rey prusiano y su corte, del filósofo Hegel, del poeta Heinrich Heine, entre otros, introduciendo el resurgimiento de Bach.
“El nuevo interés que despertó por la música de Bach, su importancia a nivel mundial y haber sido festejado como compositor y genio alemán: todo esto se debe a este evento en Berlín”, explica Hansen, director de la Casa Bach.
En obsequio de Dios
“En la música religiosa, Dios siempre esta presente”, solía ser el lema de Bach. En la Casa de Bach uno se entera que fue creyente, pero que no fue un santo. A veces se agarraba a golpes con sus alumnos o acababa en la cárcel de Weimar por no obedecer a su patrón. Pero mientras componía, se olvidaba del mundo a su alrededor y creaba obras en obsequio de Dios.
No sorprende que el músico protestante haya dejado un monumento musical al reformador Luthero. Este último escirbió varios cánticos, así como el primer libro de cánticos alemanes que Bach musicalizó de manera personal. Esto y más se puede experimentar en una exposición especial actual en la Casa de Bach. “Más bien es una sesión”, comenta Hansen sonriendo. "Porque uno se tiene que sentar y ponerse audífonos y después puede tararear la melodía. Porque es esta hermosa música la que atrae a la gente.”