Nuevo cable de Wikileaks
7 de diciembre de 2010“Los preparativos para un encuentro con la policía ya están en marcha”, había asegurado Mark Stephens, el abogado de Julian Assange, a la cadena BBC. Las autoridades británicas querían hablar con el fundador de Wikileaks, después de que llegara a sus oficinas una orden internacional de arresto, emitida desde Suecia por violación y acoso sexual. “Vamos a tratar de facilitarles el interrogatorio que necesitan”, continuó el letrado, indicando que tal cosa sucedería “en un futuro próximo”.
El futuro próximo se rumoreaba ya entonces que irrumpiría en un plazo de 24 horas. Los cálculos aparecen ahora como correctos: la Policía Metropolitana de Londres confirmó hoy martes (07.12.2010), según informa el diario The Guardian, la detención del famoso hacker.
Pero no por ello paraliza Wikileaks su actividad. El portal lleva semanas copando titulares y no parece que tenga intenciones de retirarse de las primeras páginas del acontecer. Esta vez llama la atención un cable de febrero de 2009, en el que se solicita a los diplomáticos estadounidenses que elaboren una lista con instituciones, lugares e infraestructuras extranjeras, cuyo daño- debido, por ejemplo, a un atentado terrorista-, “tendría un impacto sobre la salud pública, la seguridad económica y/o la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Varias empresas alemanas y la pequeña isla de Sylt, en el Mar del Norte, forman parte de la enumeración.
“Request for information”
“Request for information: critical infrastructure and key resources located aboard”, “solicitud de información: infraestructura fundamental y recursos clave situados en el extranjero”, es el asunto bajo el cual se puso en circulación interna hace ahora casi un año uno de los últimos cables publicados por Wikileaks. Como remitente aparece en el documento, catalogado de “secreto”, el mismo Departamento de Estado estadounidense. Destinatarios son “todos los puestos diplomáticos”.
El texto especifica que, dirigido por el Departamento de Seguridad Nacional- el organismo encargado en Estados Unidos de la defensa ante atentados- se puso en marcha un Plan Nacional de Protección de la Infraestructura, cuya labor sería salvaguardar recursos y sectores estratégicos de “los esfuerzos terroristas deliberados” por destruirlos o incapacitarlos. Como complemento a esta medida, se pide en la correspondencia la redacción y actualización anual de un inventario acerca de elementos de importancia similar para el país, situados más allá de sus fronteras.
De “clave”, indica la misiva, pueden calificarse recursos “en manos públicas o privadas que resulten esenciales para el funcionamiento mínimo de la economía y las instituciones gubernamentales”. Información se demanda sobre aquellos cuyo defecto podría repercutir “inmediatamente en Estados Unidos”, careciendo de relevancia su localización. Las secciones y agencias en todo el mundo deben ser consultadas con el fin de llevar a cabo este registro global, pero no los gobiernos de los distintos países, se puntualiza.
Siemens, BASF, Sylt y otros elementos clave
Desde la agricultura hasta los servicios de emergencia, 18 son los campos en los que pueden distinguirse infraestructura fundamental y recursos clave, se lee en el cable, y en consecuencia larga es la enumeración entregada al Departamento de Estado como respuesta.
No todos los países ostentan en la lista la misma representación. De importancia para la seguridad norteamericana en España, por ejemplo, son el estrecho de Gibraltar, la farmacéutica catalana Grifols y el gasoducto Maghreb-Europe, que conecta la ciudad española de Córdoba con Argelia. En Alemania, sin embargo, los puntos estratégicos para EEUU son muchos más.
La sede de Siemens en Erlangen resulta, en opinión de los diplomáticos, “irremplazable” en la producción de químicos, y clave es igualmente esta compañía como suministradora de turbinas para la producción de energía hidráulica y de generadores eléctricos. La planta de la firma BASF en Ludwigshafen, recuerda el documento, constituye el complejo químico más grande del mundo. Como fundamentales aparecen también catalogadas las empresas Junghans Fienwerktechnik, debido a su producción de lanzaminas; TDW-Gasellschaft Wirksysteme, por su papel en la construcción de misiles Patriot; así como toda una serie de compañías farmacéuticas entre las que se nombran a Heyl, Sanofi Aventis (debido a la insulina) o Novartis Vaccines and Diagnostics (vacuna contra la rabia).
Y no sólo la industria tiene relevancia. También la costa norte del Mar de Frisia y la pequeña isla Sylt juega un rol en las tareas de protección, valoran los estadounidenses, al pasar por aquí un cable subterráneo básico a la hora de transmitir datos entre ambos lados del Atlántico.
Autora: Luna Bolívar/ dpa
Editor: Enrique López Magallón