Yihadistas europeos luchan en Siria
1 de mayo de 2013La Oficina de Protección a la Constitución y el Servicio Federal de Información tienen la mira puesta en los alemanes que luchan en la yihad (la Guerra Santa) en Siria. El ministro alemán del Interior, Hans Peter Friedrich, estima que hay alrededor de 40 alemanes y hasta 700 ciudadanos europeos que pelean en las filas rebeldes contra el régimen de Bashar Al Assad. “Esa gente se está radicalizando en Siria”, dijo Friedrich, y están siendo entrenados para manejar explosivos, autobombas, de todo”. Según él, existe el peligro de que, al volver a Alemania, apliquen sus conocimientos y convicciones llevando a cabo ataques terroristas.
“Estamos muy preocupados”, añadió el ministro del Interior. Es por eso que los servicios de inteligencia alemanes vigilan más intensivamente los viajes que realizan los presuntos combatientes yihadistas. “Se intenta detener a esas personas para que no viajen a Siria”, explica Guido Steinberg, experto en terrorismo de la Fundación de Ciencia y Política de Berlín (SWI). Pero las autoridades no pueden impedirles salir del país. Los supuestos aspirantes a yihadistas solo tienen que volar a Turquía o a otro país limítrofe, desde donde pueden, con relativa facilidad, cruzar la frontera hasta Siria con ayuda de la oposición.
Alemanes y europeos de raíces árabes y kurdas
Según el experto, el motivo que impulsa a alemanes y a europeo a luchar contra la dictadura siria es, por un lado, la ira contra la masacre perpetrada por el Gobierno de Assad contra el pueblo sirio. Por lo general, se trata de ciudadanos europeos con raíces árabes o kurdas, y el Internet juega un papel clave: en videos con terribles imágenes de mujeres y niños asesinados se alienta a los jóvenes a participar en la guerra contra el régimen.
“La mayoría de quienes quieren combatir a Siria sienten que los gobiernos árabes y occidentales han librado a su suerte a los sirios”, dice Aaron Y. Zelin, experto en Seguridad del Instituto para Políticas del Cercano Oriente, con sede en Washington. “Quieren ayudar a sus correligionarios sunitas”, subraya. Se trata de un fenómeno conocido, señala, por su parte, Guido Steinberg. “Allí donde los musulmanes están en problemas, los otros musulmanes se sienten compelidos a ir en su ayuda. Eso ya se vio en Afganistán, y también en Irak”.
No todos son yihadistas
Pero no todos los combatientes son yihadistas, aclaran ambos especialistas en el tema. Algunos se unen a las filas del opositor Ejército Libre Sirio, de rasgos moderados. Otros, a grupos cercanos a Al Qaeda, como el Frente Al Nusra. Pero hasta quienes van al frente de batalla con el Al Nusra no tienen por qué ser extremista islámicos.
El reportero de guerra alemán Kurt Pelda también observó, durante el desempeño de su tarea en Siria, que se está produciendo una clara islamización del conflicto. “Al principio, la lucha era por la democracia y la libertad, y se veía a menudo la bandera siria de la independencia, verde, blanca y negra. Actualmente se ven, sobre todo, banderas negras de Al Qaeda”, asegura. Pero subraya que, hasta el momento, la prioridad de esos grupos es derrocar a Assad, y que en Siria no hay una yihad de ribetes definidamente antioccidentales, al menos por el momento.
Peligro latente de ataques terroristas
Sin embargo, para Kurt Pelda está claro que existe un peligro real de que esos jóvenes europeos se radicalicen aún más. “Se los somete a un lavado de cerebro, y si están adoctrinados del todo, pueden representar una amenaza para sus países de origen”, dice, una experiencia que ya se hizo en otras áreas de conflicto.
“Aún si son solo tres o cuatro las personas que vuelven luego de haber terminado un entrenamiento, eso ya es sumamente peligroso”, refiere el experto en terrorismo Guido Steinberg. Es por eso que Aaron Zelin aconseja vigilarlos de cerca de su regreso. Sin embargo, resultados de estudios al respecto indican que solo uno de nueve jóvenes que volvieron de zonas en guerra llevó a cabo atentados terroristas.
“Armas en lugar de yihadistas”
Los expertos coinciden en que los potenciales combatientes llegados de Europa no siempre son útiles a las filas rebeldes, ya que no cuentan con la preparación adecuada. A menudo son una molestia para ellos, o se los usa como carne de cañón. Los que provienen de Afganistán, Irak, Yemen o Libia, que conforman la mayoría de extranjeros en Siria, por el contrario, les resultan más eficientes, ya que tienen experiencia en la guerra. En total, según Aaron Zelin, el porcentaje de extranjeros entre las filas opositoras es de un cinco a un 10 por ciento. Pero también el presidente sirio, Bashar Al Assad, se sirve de fuerzas extranjeras. Las milicias libanesas de Hizbolá apoyan a Assad, y se dice que en las tropas de su régimen también hay soldados iraníes. Sea como fuere, el Ejército Libre Sirio necesita, según su portavoz, Malik Al-Kurdi, otro tipo de ayuda: “No necesitamos yihadistas ni combatientes extranjeros”, dice, “contamos con suficientes soldados. Lo que necesitamos son armas”.
Autor: Nils Naumann/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia