¿Zonas protegidas para salvar el océano Antártico?
29 de octubre de 2013La Unión Europea y otros 24 países se reúnen en la ciudad Australiana de Hobart para debatir la creación de zonas protegidas en las aguas alrededor de la Antártida bajo el mandato de la Comisión para la Conservación de Recursos Marinos Vivos (CCAMLR, por sus siglas en inglés). Esta es una organización internacional creada con motivo del Tratado de la Antártida para gestionar los recursos vivos en el océano Antártico.
Los asistentes están considerando dos proposiciones relacionadas con diferentes áreas del océano Meridional: el Mar de Ross y el Antártico del este. Si llegan a un acuerdo, se crearán las zonas marinas protegidas más grandes del mundo.
¿Intereses económicos, o ecología?
Hasta el momento ha resultado difícil llegar a un acuerdo sobre zonas de prohibición de pesca alrededor de la Antártida. Los ecologistas ven esta agua como las últimas zonas marinas prístinas del mundo, ricas en biodiversidad y en necesidad de protección.
Pero varios países, algunos en las inmediaciones y otros tan lejanos como Noruega, tienen intereses económicos en el océano Antártico, como fuente principal de pescado y otros recursos marinos vivos. La cumbre es el tercer intento de la CCAMLR de lograr un compromiso. Muchos países como Rusia, China y Noruega tienen reservas sobre el alcance de las zonas de prohibición de pesca, que supondrían tremendas restricciones en sus actividades comerciales. Y el establecimiento de zonas protegidas en el mar requiere un consenso.
Una cumbre de la CCALMR que tuvo lugar el pasado julio en la ciudad alemana costera de Bremerhaven no tuvo éxito en su misión de llegar a un convenio. Según la ministra alemana de alimentación, agricultura y protección del consumidor, ahí se perdió una “oportunidad única de pasar a la historia”. De haber salido adelante las propuestas que se pusieron entonces sobre la mesa, se habrían creado reservas marinas de una extensión equivalente a la Unión Europea.
Rusia y Ucrania han cuestionado el derecho de la comisión para establecer zonas protegidas o restricciones de pesca en la región de la Antártida. Tras la fallida cumbre de Bremerhaven, Estados Unidos y Nueva Zelanda han propuesto que, para llegar a un compromiso, se reduzca el tamaño de las áreas protegidas en el mar de Ross en un 40 por ciento.
Voces de ecologistas
La Alianza del Océano Antártico (AOA), una coalición de grupos ecologistas cuyo objetivo es “proteger el salvaje sur”, insiste en la necesidad de proteger a largo plazo las aguas de las aguas del Antártico, en las que viven más de 10.000 especies animales – entre ellas, pingüinos, ballenas, sepias y muchas aves marinas-, muchos de ellas exclusivas de la región. Asimismo, este mar es rico en kril, pequeños crustáceos que son fuente de alimento para ballenas, pingüinos, focas y aves. Actualmente, el kril también se utiliza para alimentar salmones de piscifactorías, y ya se pesca de forma intensiva en algunas zonas del Antártico.
Para Alain Hubert, director de la Fundación Polar Internacional, basada en Bruselas, que organizó una reunión de los socios del Tratado de la Antártida este año, esta es una señal de presión creciente para la explotación comercial del Antártico. En entrevista con DW, afirmó que solo era cuestión de tiempo -y dinero- que la zona fuera puesta a disposición de intereses comerciales.
Andrea Kavanagh, directora del proyecto de zonas protegidas en el océnao Antártico Pew Charitable Trust y miembro de la AOA, ha hecho un llamamiento a los países participantes en la cumbre actual para que pasen a la acción: “Tras invertir significativos recursos durante el último año al estudio y el rechazo de estas medidas de protección, es hora de actuar”, dijo a los periodistas al comienzo de la reunión. “Estamos hablando de algunas de nuestras últimas zonas marinas intactas, y merecen una protección permanente y efectiva”.
Thilo Maack, de Greenpeace Germany y también miembro de la delegación de la AOA en Hobart, dijo a DW: “Ahora es el momento de designar estar reservas marinas. De lo contrario, los efectos del cambio climático se adelantarán a las medidas con las que la CCAMLR es capaz de proteger el ecosistema único de la Antártida.”
La cumbre durará hasta el 1 de noviembre.
Autor: EP / lab
Editor: Enrique López