Éxito del Frente Nacional opaca alegría socialista en París
11 de junio de 2012Un partido de extrema derecha como tercer mayor fuerza política: esa es la amarga realidad en Francia. En la primera vuelta de las elecciones para la Asamblea Nacional, este domingo, el Frente Nacional (FN) logró obtener el 13,6 por ciento de los votos, más del doble que los Verdes y la alianza de extrema izquierda Front de Gauche (Frente de Izquierda). Si no fuera porque la ley electoral francesa perjudica a los partidos sin aliados para formar coalición, los populistas de derechas podrían hacer valer su opinión más de lo que muchos desean en la Asamblea Nacional.
El buen resultado de la derecha logró opacar hoy incluso la alegría del presidente francés François Hollande y los socialistas por sus buenas perspectivas para la segunda vuelta. La jefa del partido, Martine Aubry, llamó a evitar con todos los medios el ingreso del Frente Nacional de Jean-Marie y su hija Marine Le Pen en la Asamblea Nacional. En algunos distritos electorales, en los que tres o más candidatos se clasificaron para la segunda ronda, el próximo domingo, los socialistas que no tengan perspectivas de éxito incluso se retirarán, aunque eso lleve al éxito de otro candidato de izquierdas o conservador.
El Frente Nacional festeja
Marine Le Pen, hija del fundador del partido, rechazó que vaya a retirar sus propios candidatos para mejorar las perspectivas de éxito de derechistas más moderados. Con el pecho encendido de orgullo, ya llama al Frente Nacional "la tercer mayor fuerza política del país". En la primera ronda de las elecciones presidenciales, hace cinco semanas, quedó en tercer lugar.
El éxito del FN no viene, según los especialistas en ciencias políticas, de la nada. Le Pen, de 43 años, ordenó después de asumir como presidenta a su partido fundado en 1972 que rejuvenezca radicalmente su imagen. En los eventos partidarios ya no se tolera la presencia de rapados con borcegos. Tampoco suele haber más ataques verbales contra musulmanes y homosexuales. La radicalidad se limita a rechazar el euro y a políticas inmigratorias. Con este cambio de rumbo, el FN logró más de tres veces la cantidad de votos que obtuvo en la primera ronda para las elecciones parlamentarias en 2007.
La imagen más juvenil del partido es la de Marion Maréchal-Le Pen, nieta de Jean-Marie. La telegénica joven de 22 años fue la candidata con más votos en su distrito electoral, con el 34 por ciento. De esta forma superó incluso la mejor marca hasta ahora, la de su tía Marine Le Pen. En caso de que Marion Maréchal-Le Pen siga activa políticamente, puede aspirar en 2017 a un escaño en la Asamblea Nacional, ya que el presidente François Hollande prometió cambiar la ley electoral en el próximo periodo legislativo. Al menos 100 escaños serán ocupados en el futuro según el principio de relación.
Amargas derrotas
Mientras en el FN celebran, en otros partidos se sufren amargas derrotas. El líder del Frente de Izquierda, Jean Luc-Mélenchon, quiere presentarse en el norte de Francia, débil en estructuras, como un valiente combatiente de la derecha, pero quedó fuera de la carrera apenas en la primera ronda en competencia con su enemiga declarada, Marine Le Pen.
Un destino igual de amargo podría correr la ex candidata presidencial de los socialistas, Ségolène Royal. La política de 58 años quería ser jefa de la fracción del PS en la Asamblea Nacional. En la primera ronda tuvo un tan mal resultado que tiene pocas chances de obtener un mandato. En el peor de los casos, deberá ver sin un mandato como su ex pareja sentimental, Hollande, hace realidad un gran sueño del partido: contar por primera vez con mayoría en las dos cámaras parlamentarias y además, con el presidente.
Fuente: dpa
Editora: Rosa Muñoz Lima