La crisis libia y las contradicciones de Occidente
7 de marzo de 2011Este lunes (07.03.2011), España, la República Checa y otros países manifestaron su disposición a aceptar una posible intervención militar en Libia, a fin de evitar que empeore la crisis humanitaria en ese país. Con ello se sumaron al Reino Unido, que desde antes había abierto la puerta a tal opción.
El primer ministro británico, David Cameron, fue el primero en proponer una intervención militar en Libia y, como alternativa, armar a los rebeldes libios como se hizo en los ochenta con los talibanes, en el contexto de la lucha entre el bloque capitalista y la extinta Unión Soviética.
Sin embargo, la actuación del Gobierno británico de cara a los rebeldes libios fue cuestionada incluso por aquellos a los que presuntamente quería apoyar. En el episodio más reciente, una "misión diplomática secreta" del Reino Unido voló hacia territorio libio a bordo de un helicóptero militar, con pasaportes falsos y armas, y sus miembros terminaron siendo apresados por sus supuestos aliados.
El Reino Unido no es el único país de Occidente que se ve en problemas de legitimidad como posible aportador de soluciones en Libia.
Entre los documentos que los activistas del movimiento prodemocrático egipcio encontraron en la sede del organismo para la seguridad del Estado en El Cairo figura una oferta “altamente confidencial” que la empresa alemana Gamma le hizo al servicio secreto egipcio en junio de 2010: equipos, programas y entrenamiento para vigilar la comunicación de terceros vía Internet o en espacios determinados.
El tema fue tratado con amplitud en latelevisión y otros medios públicos de Alemania.
¿Intervenciones ilegítimas?
El ministro federal de Exteriores, Guido Westerwelle, invitó al Consejo de Seguridad de la ONU a sancionar con mayor dureza al líder libio Muamar Gadafi por abrir fuego contra su propio pueblo. “El flujo de dinero debe ser cortado”, declaró categóricamente.
Pero Alemania, si se confirma el hallazgo en las oficinas del servicio secreto egipcio, no parece haber actuado en el caso de Libia como lo hizo en otros donde ha controlado o impedido la exportación de armamento a zonas en conflicto. Así, ¿podría el Estado alemán justificar su participación en una intervención militar en Libia?
Exportaciones controvertidas
Otras cifras podrían minar la credibilidad germana, independientemente de las supuestas operaciones de la empresa Gamma. Entre 2005 y 2009, y con autorización expresa de Berlín, Alemania vendió armamento a Libia valorado en 83,5 millones de euros. Solamente en el año 2009, el valor de los pertrechos de fabricación alemana en manos libias ascendió a 53,2 millones de euros, comentó el sábado pasado (5.3.2011) el diario Saarbrücker Zeitung, citando la respuesta ofrecida por el estamento federal a una interpelación de la fracción parlamentaria de La Izquierda.
Rentables exportaciones
Alemania ganó 1.100 millones de euros exportando productos militares a países del Cercano y Medio Oriente, pero también se ha negado a hacer negocios que le habrían traído 24,4 millones de euros adicionales. Según el Gobierno germano, ese es un “indicio de que su política de control de las exportaciones es cuidadosa y diferenciada”; para otros, el argumento carece de peso.
Un cálculo preciso demuestra que Alemania rechazó apenas un 2 por ciento de los encargos recibidos del Cercano y Medio Oriente, y apenas un 0,1 por ciento de los encargos hechos por Libia. “El dictador Gadafi ha recibido de Alemania pertrechos militares importantes que ahora le permiten hacerle la guerra al pueblo que se levanta”, dijo Jan van Aken, presidente interino de la bancada izquierdista en el Bundestag.
El Gobierno de Muamar Gadafi ha comprado a Alemania automóviles todoterreno, helicópteros, radares para la vigilancia del campo de batalla e instrumentos de comunicación; equipos que le permitirían eludir una zona de exclusión aérea como la que varios países han propuesto para poner coto a sus ataques contra los rebeldes. “Eso hace que una intervención militar de Occidente sea aún más problemática”, agregó van Aken.
Autor: Evan Romero-Castillo / ots / dpa / Reuters
Editor: Enrique López