Adenauer y CIA callaron sobre Eichmann
7 de junio de 2006
La respuesta es contundente: "Se quería proteger a un alto político alemán de la posguerra." Y ello a pedido del entonces canciller cristianodemócrata Konrad Adenauer, como lo revelan documentos de la CIA publicados por Timothy Naftali, de la Universidad de Virginia.
Los primeros en rastrear al sanguinario Eichmann, que se había establecido en Argentina bajo el nombre de Clemens, fueron los servicios secretos alemanes que luego informaron a sus homólogos estadounidenses con una condición: no revelar la información, a nadie.
Con viejos enemigos contra nuevos enemigos
Lo que inquieta es que ni los alemanes ni los estadounidenses estaban, al parecer, interesados en apresar a Eichmann, uno de los más importantes arquitectos del Holocausto. Es más, aún sabiendo a ciencia cierta en dónde estaba Eichmann, no informaron de ello a la unidad especial del Mossad, los servicios secretos israelíes, para establecer el paradero de los nazis que escaparon a los juicios de Núremberg.
El gobierno alemán de fines de los 50 estaba, aparentemente, muy preocupado por posibles revelaciones sobre colaboradores del gabinete del primer canciller de la posguerra, si Eichmann era arrestado y "cantaba". "Adenauer quería proteger a políticos como Hans Globke", es la conclusión de Naftali en el New York Times.
Globke fue secretario e influyente consejero del Gobierno de Adenauer. Bajo la dictadura de Adolf Hitler, el abogado Hans Globke colaboró en el ministerio del Interior y fue comentarista de las leyes racistas formuladas en Núremberg. Cuando la revista Life quiso publicar las memorias de Eichmann en 1960, el gobierno de Adenauer pidió la ayuda de la CIA para que buscara impedir la mención de Globke.
La ex congresista demócrata estadounidense Elizabeth Holtzman destacó además al mismo diario neoyorquino que "la CIA tampoco movió un solo dedo para cazar a Eichmann". Aún así, y para sorpresa de los estadounidenses, los israelíes lograron descubrir el lugar de residencia de dicho criminal, aunque dos años más tarde. Una unidad especializada secuestró entonces a Adolf Eichmann y lo llevó a Israel. Eichmann fue también el jefe de la oficina encargada de las deportaciones de judíos y otras víctimas de la dictadura nazi.
Aunque tarde, se hizo justicia
En 1962, el otrora jefe de la Oficina Principal de Seguridad del Reich (Gestapo), Adolf Eichmann, fue procesado y condenado en Tel Aviv por su corresponsabilidad en el asesinato de 6 millones de judíos. Acto seguido, Eichmann fue ejecutado en la cárcel de Ramleh.
A todas éstas queda una interrogante: ¿Por qué el muy respetado Konrad Adenauer se empecinó en proteger a los nazis que trabajaron en su gabinete?
Los documentos inspeccionados por Naftali hacen parte de las 27.000 actas privadas entregadas recientemente por la CIA al Archivo Nacional de Estados Unidos. La consulta de tales secretos de la posguerra es ahora posible, gracias a la presión del Congreso de Estados Unidos que insistió en la publicación de los nombres de los agentes que por aquellas épocas trabajaban por encargo de Washington.
Vendrán más revelaciones
Desde 1988 las comisiones llamadas Nazi War Crimes and Japanese Imperial Government Records Interagency Working Group (IGW) estudian unos 8 millones de documentos y los preparan para su publicación.
Desde hace ya tiempo se sabe, con base de dichas actas, que tanto el FBI como la CIA trabajaron con sujetos ex nazis. Todo indica que Estados Unidos no tenia ningún interés en cazar a quienes les podían servir en su confrontación con el bloque comunista. Un hecho que generó otra de las perversiones de la Guerra Fría.
Pero los pactos con el diablo están condenados al fracaso, tarde o temprano. El oficial de la SS Heinz Felfe, reclutado por la CIA, se vengó por el bombardeo de su ciudad natal Dresde colaborando como doble agente para la Unión Soviética.