Alcoholismo: ¿problema genético?
28 de junio de 2006Más de dos millones de germanos no pueden vivir sin alcohol. La influencia del entorno social en el desarrollo de la adicción ha sido ampliamente tratada por la comunidad científica. La falta de argumentos para explicar muchos casos ha llevado a la investigadores a buscar revelaciones en la genética. Según ellos, hay personas muy propensas a convertirse en adictas.
El investigador Miguel Ángel Jiménez Arriero, jefe del servicio de psiquiatría del Hospital 12 de Octubre de Madrid, dijo a DW-WORLD que "la disposición biológica individual decide cuánta cantidad de alcohol puede asimilar una persona y qué daños puede provocarle".
Las cifras del consumo de alcohol se han disparado en el Mundial de Alemania pero para muchos el exceso no supondrá más que unas cuantas resacas mañaneras. Sin embargo, en algunas personas el alcohol estimula especialmente el llamado "sistema de recompensa", lo que puede llevar a la adicción. Jiménez Arriero nos explica que este sistema "se relaciona con el interés que puede sentir una persona por repetir una conducta y, por tanto, con la asimilación de hábitos".
Antecedentes familiares
La psicóloga y científica genética Carroll Prescott de la Universidad de California en San Diego también investiga en esta dirección. Según sus estudios, muchos niños de familias alcohólicas dados en adopción -e integrados en un ambiente familiar saludable- son más propensos al alcoholismo que la media. La científica estudió la constitución genética de 591 familias afectadas por la tendencia al alcoholismo y encontró semejanzas en determinados genes que determinan el funcionamiento de este "sistema de recompensa". Se piensa que ellos provocan trastornos adictivos y conducen a los portadores a combatir situaciones de estrés con sustancias adictivas.
Jiménez Arriero concretó a DW-WORLD que, junto a las personas que "llegan al alcoholismo por la vida social que llevan", en las familias en las que hay varias generaciones de alcohólicos, los descendientes "tienen más probabilidad de desarrollar el alcoholismo a edades más precoces y tienen características comunes de personalidad".
El especialista incluso va más allá y llega a asociar el genoma humano con el desarrollo de un comportamiento social negativo: "hemos observado que ciertos genes alterados pueden llevar al desarrollo de conductas antisociales". Jiménez Arriero insiste en que todos tenemos estos genes pero, en las personas con predisposición a desarrollar alcoholismo o un carácter antisocial, se comportan de manera defectuosa. También "estos genes se pueden ver alterados durante la vida por los hábitos adquiridos en un determinado ambiente social, cambiando su comportamiento".
Medicamentos para combatir a los genes
En el caso del alcoholismo, el nivel de éxito en los procesos de desintoxicación también está condicionado por estos genes; dificultan el abandono de estas adicciones y llevan a recaídas. Por eso, el estudio de ellos puede ayudar a desarrollar medicamentos que disminuyan su efecto.
Carroll Prescott o Jiménez Arriero no son los únicos que investigan en esta dirección. Para muchos científicos, una persona que abusa del alcohol no se vuelve necesariamente adicta, simplemente bebe mucho. Sin embargo, la persona físicamente enferma lo es desde que está en la cuna, y tiene más probabilidades de sufrir adicciones.