¿Desaparece la clase media?
17 de diciembre de 2012En Alemania, un 58 por ciento de la población pertenece a la clase media. En 1997 lo hacía un 65 por ciento, según indica un estudio de la Universidad de Bremen y del Instituto Alemán de Investigación Económica, encargado por la Fundación Bertelsmann. Las capas medias de la sociedad alemana están compuestas tanto por arquitectos y otros profesionales, como por empleados administrativos, artistas, médicos y maestros. El factor común es el ingreso medio per cápita, que divide a la población en dos grupos de igual tamaño, con ingresos más altos o más bajos. A la clase media pertenecen, de acuerdo con el estudio citado, todos los que cuentan con un 70 a un 150 por ciento del ingreso medio. Para una familia común de cuatro personas, eso significaría un ingreso de 2.400 a 5.000 euros por mes.
Hoy es cada vez más difícil acceder a la clase media
Otro de los criterios que tomó en cuenta el análisis son la formación adquirida y la profesión desarrollada, explica Olaf Groh-Samberg, profesor de sociología de la Universidad de Bremen y uno de los autores de la investigación. Su conclusión es clara y concisa: “La distribución del ingreso se está polarizando cada vez más en Alemania, y las capas más bajas tienen cada vez menos posibilidades de acceder a las capas medias”.
Un fenómeno que el experto caracteriza de “dramático”, ya que tiene efectos negativos en la convivencia social, porque refuerza las diferencias en las prioridades e intereses que tiene cada grupo. “Cuando las capas más altas de la clase media se orientan solo hacia las clases más pudientes, y las capas más bajas viven con miedo de que sus ingresos bajen más aún y ya no puedan acceder a la clase media, entonces la solidaridad va desapareciendo”, señala Groh-Samberg.
El profesor de sociología Stefan Hradil, de la Universidad de Maguncia, observa un desarrollo similar, pero advierte que no se debe caer en el dramatismo: “Muchas personas de la clase media tienen actualmente excelentes posibilidades de superación. Es decir, que si la clase media disminuye, eso no quiere decir únicamente que esté desapareciendo”, explicó el experto en entrevista con DW.
La clase media, un factor de estabilidad
Ya Aristóteles sabía que una clase media sólida es un elemento positivo para toda la sociedad. La clase media es la que se orienta hacia políticas sensatas, está en contra de la explotación de los más pobres, y no necesariamente aspira a la riqueza.
Stefan Hradil añade que “siempre que una gran mayoría de la clase media comienza a verse en dificultades, la situación política se torna inestable. Los sectores medios se sienten amenazados en su existencia, y por ello tienden a asumir conductas más bien radicales”. El sociólogo toma como caso el poujadismo en Francia, un movimiento de derecha que rozó la extrema derecha, y que comenzó en los años 50 siendo un movimiento de protesta de pequeños comerciantes y de la pequeña burguesía -que protestaban contra una carga tributaria supuestamente demasiado elevada- para convertirse, más tarde, en ejemplo a seguir por el Frente Nacional francés.
También la clase media debilitada por la crisis económica de fines de 1920 fue uno de los factores que hicieron posible el surgimiento del nazismo en Alemania, explica Hradil. Por eso, el Estado haría bien en contrarrestar la reducción de la clase media con nuevas estrategias políticas. “Debería ofrecer más y mejores posibilidades de formación a los jóvenes, y modificar el sistema escolar hasta volverlo más permeable. De ese modo, estaría respondiendo a las necesidades de las familias alemanas de clase baja y de las de origen inmigratorio, algo que, hoy en día, es más importante que nunca”, subraya el experto.
La clase política debe tomar cartas en el asunto
Más de la mitad de los alemanes sigue perteneciendo, según el estudio, a la clase media, con lo cual Alemania continúa en una situación de privilegio en comparación con otros países. “Cuanto más desigualdad social existe”, dice Stefan Hradil, “más aumenta la criminalidad, además de otros problemas sociales”. En vista del fuerte incremento en Alemania de los ingresos más bajos, que hacen casi imposible acceder a una capa social más elevada y con mejores posibilidades, Olaf Groh-Samberg remarca que ahora le toca actuar a la clase política. Lo urgente es cambiar las estructuras en el mercado laboral para que la clase media vuelva a ser una meta alcanzable, dice. Además, los responsables políticos deben crear nuevos instrumentos para evitar que desaparezca el concepto de solidaridad en las capas más pudientes, ya que, como decía Aristóteles, lo importante es lograr el equilibrio entre los extremos.
Autor: Martin Koch/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia