Merkel, ¿en peligro político?
19 de febrero de 2012Más de un analista político ha advertido que la dimisión del presidente alemán, Christian Wulff, pone a la canciller, Angela Merkel, en serias dificultades. Justo en medio de las negociaciones para solucionar la crisis de la zona euro, la jefa de Gobierno deberá invertir tiempo y energías en la búsqueda de un candidato idóneo para la elección del nuevo jefe de Estado, que tendrá lugar a más tardar el 18 de marzo.
Esos mismos observadores sugieren que Merkel no puede jerarquizar la crisis de la eurozona por encima de la generada por el vacío que dejó Wulff porque lo que está en juego es su posición de poder en Alemania. Algunos de ellos llegan al punto de sostener que la estabilidad de la actual coalición de Gobierno dependerá de que el próximo jefe de Estado sea un correligionario de Merkel, como lo era Wulff.
En sus palabras, la canciller estará en apuros si la Asamblea Federal –el gremio que designa al presidente– no elige al aspirante propuesto por el Partido Liberal (FDP), la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), o si los miembros de la alianza liberal-conservadora no se ponen de acuerdo para cerrar filas en torno a un candidato.
Este domingo (19.2.2012) parecía inminente un cisma en la coalición de Gobierno. Las agencias reportan que, mientras el FDP manifestaba su apoyo a la candidatura de Joachim Gauck –favorito de los socialdemócratas y de los Verdes–, la cúpula de la CDU rechazaba categóricamente esta propuesta. Los líderes de los principales partidos tenían programado reunirse en la noche del domingo, a fin de proseguir las deliberaciones.
Merkel: buena imagen, pese a todo
Lo que un presidente sí puede hacer, aún sin inmiscuirse en los dimes y diretes de las diferentes fracciones parlamentarias, es dar pautas para el debate público de temas socialmente relevantes. Y la de la opinión pública es una arena importante para Merkel. Es por eso que la canciller y sus partidarios se esmerarán en postular a un candidato a la presidencia con aura de “instancia moral”.
De esa imagen disfrutaba el político independiente Gauck, el rival de Wulff en la elección presidencial de 2010. La popularidad de Gauck era tan grande que, si el presidente fuera elegido por votación popular directa, él habría ascendido al cargo más alto del Estado alemán. Wulff –el candidato de Merkel– ganó sin la mayoría absoluta en la tercera ronda de votaciones.
El Gobierno confía en que un escenario como ese no se repetirá; sus esperanzas están cifradas en la mayoría que todavía tiene en la Asamblea Federal. Mientras tanto, Merkel deambula por los pasillos del poder sin que su imagen haya sufrido rasguño alguno. De hecho, el escándalo alrededor de Wulff y su manejo de la crisis europea parecen haber aumentado la popularidad de la canciller en las últimas semanas.
Por fortuna para Merkel, la discusión en torno a Wulff y su dimisión es un asunto de política interior que no la afectará en el ámbito internacional. Este lunes (20.2.2012), los líderes de la coalición de Gobierno se reunirán para debatir sobre los posibles sucesores de Wulff. Hasta que se aclare ese tópico, la mandataria alemana deberá mantener su agenda flexible.
Autores: Wolfgang Dick / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López