Arrecia el debate en torno a Cuba en la UE
21 de junio de 2007
Bruselas y Estrasburgo se convirtieron en plataforma de enfrentamiento entre el Gobierno español y las fuerzas de derecha y liberales europeas en torno a Cuba. En Bruselas, el Consejo de Ministros reiteró su invitación al diálogo a la Habana, para lo que invitó a una delegación cubana. Con ello, los ministros del Exterior de la UE reconocen una situación nueva tras la enfermedad de Fidel Castro y el traspaso de poderes a su hermano Raúl. Así lo expresó el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos. "Es una buena oferta y trataremos de que se inicie ese diálogo", señaló. Ha sido España la principal promotora de esta estrategia y se espera una nueva reunión entre Madrid y la Habana en septiembre próximo al margen de la Asamblea General de la ONU.
La contraofensiva se produjo en Estrasburgo, donde el Parlamento Europeo aprobó una resolución en respuesta a la oferta de diálogo. Apoyada con los votos de de los partidos populares y liberales, la Eurocámara pidió que cualquier profundización de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea, ya sea en materia política, económica o de ayuda al desarrollo, se condicione a mejoras sustanciales en el respeto a los derechos humanos, comenzando con la liberación de todos los presos políticos y de conciencia. Algo que sería para Cuba como un obstáculo para normalizar las relaciones con los europeos.
Cuba: no es suficiente
El gobierno cubano respondió a la oferta de diálogo de la Unión Europea señalando que aunque es una rectificación necesaria, no es suficiente. El canciller cubano, Felipe Pérez Roque reclamó la abolición definitiva de la llamada posición común, una política impulsada por el ex presidente español José María Aznar, así como la eliminación de las sanciones diplomáticas que se mantienen suspendidas.
Si bien España es la voz cantante en la política exterior europea hacia Cuba, es poco probable que Madrid logre un consenso entre los Veintisiete para que haya un cambio en la postura común, explica en conversación con DW-WORLD, la investigadora de la Fundación Ciencia y Política, Claudia Zilla. "No ha cambiado la posición central de la UE pero sí hay un acercamiento, la reanudación de un diálogo más estrecho", señala. La especialista en América Latina sostiene que la política impulsada por Aznar ha tenido como resultado "que la Unión Europea haya perdido toda posibilidad de influir en el proceso político cubano". Parte de esta postura es el exigir un proceso de democratización como pre-condición para retomar las relaciones. "Ahora lo que se busca es ampliar la esfera de maniobra", afirma.
España: la voz cantante
Sin embargo, España no ha logrado que se anule la posición común de la UE adoptada en 1996, ni que se suspendan indefinidamente las sanciones diplomáticas de 2003 adoptadas tras el encarcelamiento de 75 disidentes cubanos, que aunque fueron congeladas en el 2005 no han sido formalmente anuladas.
"No es realista, no se conseguiría un consenso para eliminarlas, y tampoco era de esperarse que hubiera un giro de 180 grados", sostiene Zilla. "Es difícil consensuar la postura en la medida en que aumenta el número de los países miembros, pues hay intereses que son heterogéneos. Mientras que la postura alemana es más bien moderada y los países escandinavos ponen un acento más fuerte en los derechos humanos, la República Checa y Polonia mantienen una posición más dura. Aquí juega un papel no sólo los vínculos históricos que tienen los países de Europa del Este con América Latina sino incluso la experiencia que han tenido con el socialismo", afirma.
Posturas heterogéneas
En las negociaciones previas de los ministros del Exterior de la UE, la presidencia alemana llegó a plantear la eliminación unilateral de las sanciones. La idea, que fue respaldada por España, no prosperó debido a la oposición de Gran Bretaña y la República Checa, entre otros. El lobby español fue claro en Estrasburgo. Algunos eurodiputados se quejaron de que la Eurocámara se convirtiera en plataforma de debate de la política interior española. Las fracciones socialdemócratas, verdes y de izquierda, se opusieron inicialmente a que se discutiera sobre Cuba con carácter de urgente, dejando a un lado el debate previsto inicialmente sobre refugiados iraquíes. El eurodiputado socialdemócrata alemán, Martin Schulz, criticó la dominancia de los conservadores españoles en la relación de la Unión Europea hacia Cuba. "En toda oportunidad, este tema se convierte en un debate ideológico de tinte de política interior española", señaló Schulz.
La fuerza motor de lo que algunos llaman 'la ofensiva anti-cubana' es el eurodiputado José Ignacio Salafranca, actual presidente europeo de la Asamblea Parlamentaria UE-América Latina, EUROLAT, quien, según medios alemanes, para ser electo no tuvo reparos en buscar el respaldo de la fracción del ultraderechista francés Jean Marie Le Pen.