WikiLeaks contraataca
24 de noviembre de 2010Stuxnet, un virus electrónico descubierto en junio pasado, cuyo objetivo fue supuestamente sabotear el programa nuclear Iraní impresionó a los especialistas informáticos por su capacidad de manipular sistemas de control industrial, reprogramarlos y ocultar los cambios realizados.
El gusano informático es capaz de atacar plantas químicas, centrales energéticas o refinerías, por lo que, según Stefan Ritter, experto de la Oficina Federal para la Seguridad en la Tecnología de Información, con sede en Bonn, es necesario replantear los sistemas de seguridad. “Ya no es una amenaza ficticia sino que tenemos pruebas de su alto nivel de peligrosidad”.
Incluso la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reaccionó a la nueva amenaza proveniente del ciberespacio. En la pasada cumbre de Lisboa la OTAN aprobó una nueva estrategia en donde los ataques cibernéticos son considerados como una las tres mayores amenazas contemporáneas, junto con el terrorismo y las armas de exterminio masivo.
Cibercomando del Pentágono
El Pentágono creó un Cibercomando para hacer frente a potenciales ataques contra intereses estadounidenses que será dirigido por el general Keith Alexander, que también está al frente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Según un artículo del Washington Post del 6 de noviembre pasado, el Cibercomando pedía autorización para ampliar su campo de batalla y poder atacar redes cibernéticas en todo el mundo.
Si dicho cibercomando pudiera hacer lo que quisiera, lo primero que haría es hacer colapsar la plataforma WikiLeaks, que publicó a finales de julio unos 80.000 documentos confidenciales sobre la guerra en Afganistán. Los testimonios de soldados, informantes secretos y diplomáticos mostraban un oscuro panorama de lo que ocurre en el país asiático, lo que avivó la discusión sobre el sentido de la guerra y un pronto repliegue del conflicto. Los militares estadounidenses no ocultaron su ira.
El secretario de Defensa Robert Gates responsabilizó al cofundador y redactor en jefe de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, de “las consecuencias que la publicación de estos documentos tendrá en el campo de batalla”. Assange respondió que “hay sangre, de verdad, en Afganistán y ha llegado como resultado de las políticas del Sr. Gates, a quien acusó de estar detrás de la muerte de miles de niños y adultos en Irak y Afganistán”.
Revolución de gran trascendencia
“Lo que Wikileaks está planteando es otra revolución que no afecta tan sólo al periodismo, sino a los servicios secretos y a las informaciones militares. WikiLeaks está demostrando que los últimos 20 años todas las informaciones militares entre Estados mayores y unidades de combate, en Irak y Afganistán, están a disposición del público”, dijo el periodista español Lluis Bassets, en su blog.
El pasado 22 de agosto WikiLeaks publicó más de 390.000 documentos secretos sobre la guerra de Irak, nunca en la historia de Estados Unidos habían sido publicados tantos documentos militares secretos. El Departamento de Justicia de Estados Unidos prepara una acusación formal contra WikiLeaks.
Protección de datos, máxima alemana
Una tónica muy diferente domina la discusión pública en Alemania, donde la protección de datos está garantizada constitucionalmente. Las empresas de telecomunicaciones no pueden almacenar los datos de llamadas telefónicas o mensajes electrónicos. El presidente de la Oficina Federal para la Investigación Criminal, Jörg Ziercke pide una nueva regulación que dote de más recursos a la policía en el combate del terrorismo y la criminalidad.
La importancia que tiene la protección de datos para la población, que desconfía no sólo de las intenciones de Instituciones públicas y privadas, lo muestra la reciente discusión en torno al nuevo programa de Google, “Street View”.
Desde mediados de noviembre unas 20 ciudades pueden verse en Internet, pero unas 250.000 personas hicieron uso de su derecho a que su vivienda apareciera borrosa, no querían que fuera reconocible por temores a que las imágenes también sirvieran a asaltantes.
Sin embargo, los avances tecnológicos tienen también su lado positivo. Cuando comenzó Google Street View en Inglaterra, hace un año, Bob Mewse, británico de 56 años, buscó su propiedad en Bristol y quedó horrorizado al verse a sí mismo caminando con una camiseta gigante que no ocultaba su protuberante barriga. Fue tal el impacto que comenzó a hacer ejercicio y a comer de manera sana, perdió 46 kilos.
Autor: Matthias von Hein/ Eva Usi
Editor: José Ospina Valencia